¿Está el alcalde de Vega Baja en el control del Partido Popular Democrático a nivel local?

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Los alcaldes han sido tradicionalmente los caudillos de su partido local. Algo que se ordena, se hace. La brújula siempre ha tenido un norte que orienta el pensamiento y la acción del alcalde en todas las cosas que hacen sus partidarios.

Luis Meléndez Cano conservó ese control hasta después de haber cesado como alcalde y presidente del Partido Popular en Vega Baja. Pero no pudo controlar la fuga de partidarios cuando se retiró y otro fue el candidato a alcalde en 2004. Posteriormente ejerció su magia para volver a ser el candidato único e indisputado de 2008, pero ya había perdido admiradores dentro y fuera de su partido, como fue en los 8 cuatrenios que venció a todo adversario entre 1972 y el año 2000. Por discontinuidad perdió, porque no sabemos si en 2004 hubiera vencido a Edgar Santana. Esa es una de las incógnitas para especular, pero no para saber.

Su tío y previo alcalde, Rafael Cano Llovio, perdió el apoyo de su partido por su pobre desempeño en 1968. Siguió siendo alcalde pero no solo perdió en la primaria ante su sobrino Luis Meléndez Cano, sino que su postulación por el Partido del Pueblo no recibió el favor del pueblo.

En esta primaria, Marcos Cruz Molina, el alcalde de Vega Baja, favoreció al otro alcalde de Juana Díaz, Luis Javier Hernández para Presidente del Comité Central del PPD. En Vega Baja parece haber ganado y hay la posibilidad de que sea así, aunque el pasado Comisionado Electoral del PPD y alcalde Antonio (Toñito) Cruz dijo esta mañana en el confesionario de Rubén Sánchez que quien había ganado electoralmente en todo Puerto Rico era Jesús Manuel Ortíz González y lo explicó matemáticamente.

Se me ha informado que los resultados de votos depositados en Vega Baja se dividen así: Luis Javier Hernández, 385; Jesús Manuel Ortíz, 329 y Carmen Maldonado González, 73. Si los número son correctos, tal parece que el alcalde Marcos Cruz Molina es un perdedor ante su propio partido local.

Primero, la escasa participación de un millar de partidarios cuando promovió públicamente a un candidato, es reflejo de una respuesta débil. El tiene bajo la nómina municipal mayormente a populares y esos casi siempre son su primer recurso para movilización y presencia. Se pasa repartiendo bienes, servicios y siendo inclusivo con la participación ciudadana en todo tipo de actividades, por lo que supone un agradecimiento del pueblo a su gestión y a un patrocinio de sus ideas y orientación. ¿O es que el Partido Popular está perdiendo miembros en Vega Baja?

Segundo, en la fase de orientador de sus huestes (y se supone que del pueblo, tambien), la mayoría optó por no seguir su criterio. No convenció ni a los suyos, aun cuando ganara su candidato pues la mayor parte votó en contra del candidato que escogió para promover, como hizo. Eso puede significar que no le creyeron ni los mismos populares al ejercer su derecho a votar por el presidente de su partido.

Tercero, el ponerse de lado de un candidato refleja mucho de su carácter de estar del lado de lo que cree. Eso genera distancias entre las personas que generalmente creen en el, pero no en todo lo que el cree. Una postura imparcial debió ser su norte, lo otro es un ejercicio de querer dominar que no le salió bien. Su empecinamiento, primo de la prepotencia cuando se tiene poder, lo lleva a hacer otras cosas, aun las administrativas y públicas como alcalde, porque el las cree y aun peor, piensa que son absolutamente ciertas.

Cuarto, el haber estado promoviendo a un candidato particular, puede limitarle el alcance futuro de su gestión política partidista y como alcalde con los candidatos que el no apoyó. No son gente poco importante, uno es un legislador de excelencia y otra la alcaldesa del colindante pueblo de Morovis. Los resentimientos se quedan y más en estos asuntos públicos, que como él me dijo una vez, la política es percepción.

Un líder de un pueblo puede tener posiciones, pero tienen que ser razonadas. El nunca explicó, en su costumbre de no explicar muchas cosas importantes, porqué apoyó al alcalde de Juana Díaz. No sabemos, pues, cómo eso pudo haber beneficiado a corto o largo plazo a Vega Baja y al Partido Popular Democrático en el nivel local. Es una alianza de las que en el lenguaje de Carmen Yulín Cruz, solo ella creía que era buena.

Comoquiera que lo veamos, es una jugada que no parece haber salido bien.

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