Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Por lógica, se recibe el insumo de un producto cuando éste esté terminado y publicado. Pero en Vega Baja las cosas se hacen por el gobierno municipal de distinta manera, usando la ilógica lógica de los administradores locales. Hace unos días fui informado de que el 19 de febrero habría una convocatoria para que los ciudadanos y demás partes interesadas pudieran comparecer al auditorio de Tortuguero para participar en la preparación del borrador final del Plan de Recuperación de Vega Baja.

Ahora la fecha es otra, el 20 de febrero a las 6:00 PM. Pero eso no es problema, sino la manera en que hacen las cosas aquí. Al revés o confusamente. Ese día y no antes presentarán el borrador final del Plan de Recuperación. Sin aviso previo ni poniendo a disponibilidad el informe final. Entonces, ¿pará qué se va a recibir el insumo de algo ya consumado que no se ha puesto a disposición de los interesados?

Insumo es una palabra de la ciencia social de la economía que significa el «consumo de elementos que toman parte en la producción de otros bienes». ¿Es eso lo que esperan de los ciudadanos en la reunión del martes 20? Si es así, no habrá insumo, pues los elementos no estarán presentes.

Peor aun, si no tienen el insumo de los interesados, ¿cómo prepararán un informe final y cuál será su contenido? Me parece que si de verdad se quiere apreciar la opinión de la gente, lo que presentarían debería ser el borrador del borrador final. Y quien opine, que tenga la oportunidad de analizar el contenido antes de que éste esté terminado.

Si lo que quisieron decir es otra cosa, no está bien expresado. Y para la danza de millones que se espera después de que esté terminado ese plan, el proceso no es el adecuado. Tal parece que es un trabajo administrativamente planchado, como cuando en la administración de Edgar Santana hicieron el Plan de Emergencia en casos de un tsunami. Cuando lo prepararon internamente para economizarse un dinero, lo calcaron (copy and paste) del que había preparado Mayaguez, que era el municipio con un histórico evento de un maremoto. Al terminar el plan del plan, había hasta referencias de lugares de Mayaguez en el plan de Vega Baja y fue rechazado hasta que la administración de Marcos Cruz contrató a profesionales en la materia y produjeron el plan correcto como pueblo costero, el que fue aprobado.

Hasta ahora lo que he visto del Plan de Recuperación no me gusta, muchas generalidades y una pésima organización junto a inexactitudes históricas y referenciales. En Vega Baja se culpa a la compañía que lo preparó y al gobierno central por los defectos y omisiones, pero así, con arreglos cosméticos se va a aprobar porque es año de política y le conviene hacerlo a todos los gobiernos en que hay un funcionario que quiera renovar su mandato.

El alcalde supone ser el principal defensor de Vega Baja y debe ser responsable con esta tarea que pretende planificar el futuro de nuestra ciudad. Penosamente hasta ahora, el borrador es un borrón y no le debe dar paso. Si siente la presión del gobierno central, debe enfrentarse a éste y no colaborar con la mediocridad.

Desde que se puso a disposición del pueblo hasta el día de la reunión en Tortuguero no hay tiempo para que el ciudadano se exprese efectivamente y que pueda hacerse un trabajo pulcro, lógico y completo. Debe ser revisado pues no está técnicamente correcto ni su propósito está complementado con ideas suficientemente concretas y correctas que puedan servir de guía para esta y las futuras administraciones.

La idea de planificar el futuro no puede hacerse improvisadamente. Debe haber imaginación y conocimiento. De una mente y un escritorio pueden salir cosas interesantes, pero no siempre son tan importantes como para planificar el destino de más de cincuenta mil vidas y futuras generaciones. Los planes de futuro deben contar con variantes que conocemos y aquellos factores que pueden cambiarlo todo cuando aun no las conozcamos.

Políticamente hablando, la reunión es otro field day para celebrar la vacuidad y la improvisación a que ya nos tiene acostumbrados la administración de Marcos Cruz Molina. Y cuando no hayan resultados constatables, culparán a la otredad, sin haberse movido para evitarlos.