
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
En general, los políticos no son personas en los que debemos depositar toda nuestra confianza porque en algún momento su conducta o las acciones populistas nos llevarán a la decepción. Son personas volubles cuyo cumplimiento de promesas dependerá de lo que se encuentra en el camino de su incumbencia.
Y lo peor de todo es que pocos de ellos encuentran el momento en que que se deben retirar pues los más honestos piensan que «no han terminado su obra» como si fueran indispensables para toda la vida de ellos. Otros tienen la necesidad de seguir en ese empleo cuando la remuneración y los beneficios no van a conseguirlos fuera de su renta por los servicios que realizan.
Protejamos a nuestra sociedad. Mantengamos suspicacia por los secretos que los incumbentes no quieren que se sepan y también por las costumbres personales de los aspirantes.
