
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Ayer hubo un sondeo libre que reflejó la percepción general de la opinión pública sobre la administración de Marcos Cruz Molina en Vega Baja en los últimos doce años. Aunque algunas personas explicaron su voto y unos pocos no votaron pero explicaron, no era requisito hacerlo. Los resultados aparecen en https://diariovegabajenopuertorico.com/2024/05/06/sondeo-sobre-la-administracion-municipal-del-alcalde-marcos-cruz-molina/.
Si en esa herramienta de trabajo como la llaman hubo fanatismo, lo hubo de todos los lados, pero nadie forzó números de un lado a otro. Las calificaciones las dio el pueblo, de todos los sectores. No fue una encuesta manipulada sino libre, todos opinaron lo que quisieron y se ciñó a 5 opiniones con nota escolar como se hace en la escuela pública. La evaluación la sacamos de los criterios del Departamento de Educación de Puerto Rico.
Hoy continuamos esta evaluación, pero lo hacemos en una forma más amplia. Vamos a los detalles de porqué la gente calificó de esa manera. A diferencia de otros sondeos, este tiene cara de quien opina. Creo que en el sondeo de hoy, más allá de la calificación, que puede ser como se ha dicho con cierta razón, fanática, hay la oportunidad de que se explique desde la A hasta la F. Y los vegabajeños tienen la oportunidad de expresarse en detalle con lo que consideran logros, fracasos, fortalezas y debilidades de esta administración.
En toda la historia de Vega Baja nunca había habido una oportunidad como esta de valorar justamente a una administración pues siempre había la manipulación o el temor a opinar. Esto va mas lejos que el derecho de votar, los vegabajeños tenemos la oportunidad de analizar nuestra percepción de lo que está bien o esta mal para que nos sirva de guía en las primarias y en las elecciones. Y otros sondeos nos podrán servir para comparar candidatos.
Para un polítiquero, esto no debe tener valor, pues la vanidad ciega; para un político responsable ganador o perdedor, saliente o entrante, esto tiene que ser debe ser un instrumento valioso para establecer paradigmas de excelencia.
Para la democracia local, es llegar a un nivel de opinión pública importante para su futuro crecimiento. Para el pueblo, es una herramienta de conocimiento más para informarse, que podemos sumarlo a lo que los políticos dicen de si mismo o de los demás en las campañas particulares o de lo que no quieren o no se atreven a decir.
