
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
El voto es secreto. Nadie, en teoría, debiera decir por quién uno vota, porque el prejuicio es inmediato contra el elector cuando anuncia anticipada o posteriormente el destino de su voto. Pero tenemos que estar de acuerdo en que si los partidos políticos y sus candidatos no tienen acólitos, no pueden hacer sus funciones de estimular a los electores hábiles para participar en actividades destinadas a la promoción, agrupación y representación en las instituciones electorales y políticas.
Las leyes, reglamentos y las constituciones que nos rigen garantizan el derecho de unirnos en sociedad a grupos y expresar mediante distintas maneras lo que pensamos y lo que queremos comunicar. Por eso, se forman los grupos de apoyo a los distintos candidatos, movimiento y partidos.

No obstante los derechos que tenemos todos, hay una especie de esclavitud laboral que incide en el Gobierno Municipal de Vega Baja donde se mantiene un registro de empleados identificados con el Partido Popular a los cuales se les está presionando para que sean funcionarios electorales a favor del alcalde en la primaria del 2 de junio. Conocemos nombres de los que presionan y los presionados. Algunos de ellos, incluyendo funcionarios del pasado y empleados regulares han hablado con nosotros para denunciar la situación. La mayor parte son seguidores de la candidata Madeline Pichardo Riestra que de alguna manera han hecho su preferencia del conocimiento del alcalde y detrás de toda esa presión que mencionamos, está su acción directa o tácita para su orden validando esa acción ilegal.
Como elector, si fuera popular, no votaría con ese abusador y con esa cuadrilla de violadores de la ley que acompañan al líder. Si eso lo hacen ante el peligro de perder una elección a una candidatura, si es confirmada su candidatura por la mayoría popular, uno puede imaginarse la escalada del abuso que generaría una vez eliminado el peligro de no continuar con la falsa noción del triunfalismo. Nos dicen además, que parte de la estrategia en las primarias es colocar observadores, a lo que tienen derecho, pero con el propósito de averiguar por quién el elector popular votó y nutrir la lista de persecución política para el tiempo de los seis meses que le quede al alcalde de ejercer, si pierde la primaria. Dicen que la pusher principal es la comisionada electoral, que hace tiempo debió de haberla sustituido.
Me pregunto si el alcalde puede ganar en las elecciones generales si hace esa barrabasada contra los electores populares que no estén en su bando. Sería un error de juicio. El va a necesitar gente de su partido para ganar en noviembre, si sobrevive a 2 de junio. No los puede lastimar.

Una de las acusaciones que se le hacen a Madeline Pichardo Riestra es que vino de la nada y cayó en paracaídas en una candidatura, sin haber hecho labor anterior por el Partido Popular Democrático. El estadista que mantiene un programa televisivo y que no le interesa para nada que el Partido Popular gane en ningún lugar, entrevistó al alcalde y aunque el alcalde nada dijo sobre este tema, el salió con la perorata inventada por Marcos Cruz de que el único que tiene derecho a ser alcalde es él. Eso revela la presencia de un libreto. De hecho, dicen que medió dinero por la oportunidad del alcalde de estar en ese programa porque está bajito en rating y a punto de ser cancelado por no ser rentable para los dueños de la estación.
Pero ella no salió de la nada. El mismo alcalde reconoció y agradeció anteriormente su participación al conseguir equipos para la Policía Municipal de Vega Baja cuando él dejaba las partidas legisladas para este propósito en blanco y no usaba el dinero asignado para este propósito y anunciar luego que habría un superávit (exceso no usado) pero convenientemente en ese momento anunciaba en qué se iba a usar.
Lo cierto, hemos dicho antes, es que no había superávit sino partidas disponibles no utilizadas, que cambiarían de lugar en el presupuesto al anunciar el nuevo destino. Truco de gente mañosa. Se le llama a eso manipulación de la percepción, ingrediente secreto de la manera de administrar del alcalde Marcos Cruz Molina.
O sea, que manipula a sus empleados y manipula al pueblo. Por eso preferiría darle mi voto a una dama que conoce las leyes y la rectitud que a uno que se ha acostumbrado a violarlas. Y aunque me llaman obsesionado como una manera de disuadirme a que opine lo que creo por convicción, no es el primer epíteto con el que me adjudican, los cuales archivo en el file de Humor Vegabajeño.

En el lado del Partido Nuevo Progresista, si fuera de ese partido, votaría por la candidata Evelyn Meléndez Marrero. Tiene el atributo de ser mujer, que en ese partido en Vega Baja solo ha habido una candidata a alcaldesa primero, que fue Elsie Valdés. Es legisladora municipal, por lo que conoce el gobierno municipal local. Ha dado una batalla contra el establishment de la teoría de los dueños del partido, incluyendo la facción del candidato varón que no pudo ir y del candidato varón que aparece registrado sin candidatos a legislatura municipal. Un absurdo como quiera que lo veamos, pero ella está en espera de ser confirmada como la candidata a alcaldesa, que si van los penepés del corazón del rollo a votar deben hacerlo por un gobierno municipal completo de dos ramas y no un gobierno municipal del poder ejecutivo solamente como ocurrirá si se vota por el candidato Nixon Rosado. Este candidato debe tener su interés personal, pero no ha hecho campaña ni es conocido a nivel local como lo es la dama.

En las elecciones generales hay otros candidatos que también pueden ser alcaldes y por los cuales también votaría por ellos. Edwin (Win) Marrero, del Movimiento Victoria Ciudadana, es un líder político que también lo es a nivel de su barrio y de los ciudadanos y un comerciante exitoso. Es una persona sensible, preocupada y ocupada por los asuntos vegabajeños, como legislador municipal, promotor deportivo e interesado en la historia local. Hizo una entrevista excepcional a Luis Meléndez Cano y otra inédita a Carlos M. Ayes Suárez. Últimamente no ha hecho presencia política tal vez guardando municiones para la campaña contra los demás partidos y candidatos que tienen primarias, ante la incertidumbre de quienes serán seleccionados finalmente.

Rolando Rivera Garratón, del Partido Independentista Puertorriqueño es un buen vegabajeño también. Es retirado del servicio público. Lo conozco de hace muchos años y hemos compartido muchas actividades culturales con él y su esposa Lizzie Rolón, maestra también retirada. Ha sido legislador municipal, candidato a alcalde previamente y Marcos Cruz lo nombró como parte del comité de transición en 2012. Ha hecho investigaciones históricas y practica deportes junto a su esposa.

Salvador García, de Proyecto Dignidad, es pastor evangélico, persona de una profunda moral personal y familiar. Es un líder comunal y religioso que también está capacitado para ser alcalde de Vega Baja.
