Ser vegabajeño es un sentimiento (2021)

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez (thomasjimmyrosario@yahoo.com)

Publicado en Diario Vegabajeño de Puerto Rico el 9 de agosto de 2021

Desde muy jóven, he reflexionado sobre Vega Baja. He estudiado muchos de los aspectos de su proceso histórico y a mi edad, continúo investigando sobre el pasado y el presente en forma individual y colegiada.

El instrumento que creamos, la Escuela de la Historia Vegabajeña, es una de las instituciones culturales locales que sostienen ese fervor por descubrir las influencias culturales y la hechura propia de nuestros compueblanos, pero es individualmente, trabajando en iniciativas personales, que realmente se logran objetivos de la comprensión social.

Conocemos el trabajo que dejó en su paso por el Gobierno Municipal de Vega Baja el historiador Wilhelm Hernández Hernández y los esfuerzos que ha hecho la presente administración con la participación directa del alcalde y la ayuda del Centro Histórico Luis de la Rosa Martínez, la continua gestión de investigación de historiadores locales como Carlos M. Ayes Suárez, que nos tiene en ascuas con un trabajo importante que fue el objeto de su tesis doctoral, las aportaciones que de tiempo en tiempo hacen Luis Mejías Astol y el deportista José Manuel Portela.

Recientemente fuimos privilegiados con los libros de Elmer Gautier Rodríguez y la segunda edición de la historia de la industria Caribe China por José Luis Colón González quien llevó su obra a otros lugares importantes fuera de Vega Baja.

No podemos olvidar a historiadores vegabajeños que fuera del tema local enriquecen la historia puertorriqueña como Eduardo Rodríguez Vázquez y Alejandro Torres Rivera, quienes mantienen su relación como vegabajeños de excelencia que son. Omito otros nombres importantes que tendrán su justo reconocimiento individual pronto.

Existe en mi mundo imaginario una bibliografía extensa sobre la historia de nuestra ciudad, pero no la conocemos. Escondidos en algunas bibliotecas hay libros de vegabajeños, algunos de los cuales no son producto directo de la investigación histórica, pero tienen en su contenido mucha información importante para poder elaborar el armazón para muchas historias locales. A medida que el tiempo pasa, la verdad se aleja.

Creo que en esta etapa debemos repensar qué y cómo se escribirá la historia para cuando no estemos. No me imagino dejar fuentes inalcanzables que no puedan ser consultadas y que no permitan una historia más completa y real. Debemos pues, comenzar un diálogo básico para poner disponible la infinita cantidad de documentos, publicaciones, objetos y toda clase de fuente de información primaria y secundaria sobre nuestro pueblo.

Hace años que expresamos que ser vegabajeño es un sentimiento. Y es un sentimiento de amor y de agradecimiento que ha producido la interacción en las escuelas, comercio, industria, actividades culturales, religiosas, políticas y deportivas y en nuestros triunfos y tragedias. Para construír esa historia es menester contar con todos, pues no hay personas ni sucesos menos importantes para lograrlo.

Elaboremos un plan coordinado para que la próxima generación tenga los recursos necesarios para conocer su pasado y poder planificar un mejor futuro.

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