Historia de la Legislatura Municipal de Vega Baja| 9 de enero de 1911

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

 Publicado por Diario Vegabajeño de Puerto Rico el 11 de noviembre de 2013

Hace más de cien años y por la centuria anterior, la Legislatura Municipal de Vega Baja se llamó Concejo Municipal. La palabra se escribe con c y no como el sinónimo consejo de orientar, porque así está escrito en los documentos de la creación de esta institución.

La Legislatura Municipal es, teóricamente, la presencia del pueblo en su aspecto más representativo. Antes había un rey con poderes absolutos, pero ese poder se fue diluyendo, primero, con los representantes que el mismo rey escogía y luego con los que los habitantes elegibles seleccionaban. Anteriormente les he escrito sobre la primera eleción en 1812. En esta ocasión vamos a recordar una sesión inaugural aproximadamente cien años después de ese evento, pero en realidad hace un siglo, ya que desde que nuestra Legislatura Municipal comenzó ya hace doscientos años.

José Pérez Cruz Alcalde de Vega Baja
José Pérez Cruz
Alcalde de Vega Baja

El 9 de enero de 1911 se reunió el alcalde con el Concejo Municipal de Vega Baja. Para entonces fungía como alcalde José Pérez Cruz, quien anteriormente había sido Concejal y que después de alcalde, fue representante a la cámara. Aunque actualmente no tenemos muchos datos de su vida personal, sabemos que al menos tuvo una vida política que aparentemente comenzó en el Concejo y que luego lo proyectó hasta la política estatal.

La sesión se constituyó con su vicepresidente, Cecilio Martínez Jiménez, José Cano Delgado, Carlos García Costa, Tomás Landrón Rodríguez, Ramón Torres Román y como Secretario, Fernando Enríquez Carmona. Generalmente los miembros del Concejo eran comerciantes o industriales reconocidos en la comunidad y que ganaban acceso al poder por su presencia.

El Secretario Fernando Enríquez Carmona casó con Brígida Alvarez Rodríguez, hija del dueño de la primera imprenta de Vega Baja y editor de varias publicaciones, de la cual también el también formó parte. Enrique Carmona murió siendo Secretario de la Cámara de Representantes. Es el tío político de Agustín Alvarez, tio abuelo de la historiadora Sandra Enríquez Seiders, del compositor Roberto Sierra Enríquez y bisabuelo de Marquito, el violinista y director de Marquito y sus violines, quien nos deleitó en mayo de este año en la Plaza de Recreo.

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Para 1911 al Concejo también se le llamaba «Corporación», no en el sentido privado como hoy día lo podemos percibir, sino en que se incorporaban los poderes ejecutivos -el alcalde era el Presidente- y los legisladores, que eran los concejales. Esto se suprimió parcialmente cuando la asamblea municipal elegía a su presidente y en 1977 se suprimió totalmente cuando en el gobierno compartido con un alcalde popular -Luis Meléndez Cano- y una Asamblea Municipal -penepeísta, presidida por Agapito Rosario Rosario, nombraron a Edwin Martínez Rolón como primer Secretario de la Asamblea Municipal en propiedad, independiente del Secretario Municipal, que hasta entonces ejercía las dos funciones. Bajo la incumbencia de Luis Meléndez Cano, se regresó por unos años a la función dual con el Secretario Municipal Luis A. Ramírez, pero luego se revirtió a la lógica de total separación de dos ramas separadas.

En un discurso breve del Alcalde José Pérez Cruz, este expresó, entre otras palabras, lo siguiente: » Yo espero, que entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, que yo represento, exista siempre la mayor harmonía y la más franca cordialidad, levantando por encima de todo y por todo, la bandera augusta del patriotismo, para que a todos nos quede la satisfacción del deber cumplido».

En aquella sesión el alcalde pidió que se confirmaran sus nombramientos ejecutivos. También, se atendió una solicitud de pago de un contratista de nombre Luis Garófalo, quien había realizado unas obras en la Plaza de Recreo, lo que se pospone «por haber otros compromisos». Se informó además que la Puerto Rican-American Tobacco Co. interesaba establecer una sucursal en nuestro pueblo. El Concejo le ofreció ayuda, pero el concejal Tomás Landrón Rodríguez en particular, le ofreció una cuerda de terreno. Tal era el compromiso de los concejales.

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En aquella ocasión, el Servicio de Correos de Puerto Rico notificó el establecimiento de un doble servicio para la correspondencia de Vega Baja. Eso significaba que se recogería dos veces al día. Hoy día hay tres recogidos diarios.

Otro problema que atendió el Concejo fue el de la «alcantarilla enclavada en el kilómetro 47». Esto se refería a la inundación provocada por el río y las aguas pluviales que se producía en la región noreste de la población. Los terrenos afectados pertenecían a la señora Inés Navedo viuda de Náter. La alcantarilla de referencia era la tercera entre el trayecto de la Estación del Tren de Vega Baja a la Central San Vicente, cuya medida era menor de lo que debía tener y que impedía el flujo de las corrientes.

Hay una petición que se le hace al Concejo para reparar el camino de Ceiba hacia la Central San Vicente, la cual se podría hacer con la ayuda del peticionario, de nombre E. L.  Moore y los mismos vecinos.

Se aprobó una ordenanza prohibiendo la instalación de depósitos de materiales inflamables dentro de la zona urbana. No se podría fabricar ladrillos, hornos de pan, de cal, para carbón, ladrillos ni otros materiales dentro del recinto de la población. Tampoco se quemaría basuras ni todo aquello que por el humo pudiera molestar al vecindario, dentro del radio del pueblo a no menos de 500 metros de la zona urbana y si fuere, a la parte oeste de la población. Posterior a esto sabemos que hubo varias panaderías dentro del pueblo. Una de ellas aun conserva su horno en el Edificio Suárez-Sandín de la Calle Baldorioty. Otras estuvieron en las calles Blanco Sosa, Muñoz Rivera Interior y Betances. También hubo una fabrica de ladrillos a la salida del pueblo, donde hoy día está el Cuartel de la Policía, lo que estaría cubierta bajo esta Ordenanza.

Es posible que esta Ordenanza fuera consecuencia de algún incendio anterior en el área comercial del pueblo. Para este tiempo, la mayor parte de las casas en la zona urbana eran de madera con techos de zinc, contrario a actualmente, que predomina el concreto.

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