La labor de Wilhelm Hernández Hernández por la historia vegabajeña en su informe del 2004

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Publicado en el Diario Vegabajeño de Puerto Rico el 23 de abril de 2023

Hay empleados públicos que pasan desapercibidos y a veces olvidados por la historia, a pesar de que son obreros, promotores y hasta protagonistas de la historia vegabajeña. Uno de ellos es Wilhelm Hernández Hernández, quien laboró bajo cuatro administraciones locales entre privaciones y amenazas de quedarse sin empleo y condiciones de salud que le afectaron.

Wilhelm es uno de los historiadores de Vega Baja. Hizo labor de recopilación, trajo importantes piezas históricas al Centro Histórico de Vega Baja y fue autor de varios escritos, folletos y libros de historia y turismo para Vega Baja. Fue autor de las útiles guías de los recursos bibliográficos del Centro de Investigaciones Históricas de Vega Baja.

En noviembre de 2004 presentó su informe de la administración saliente al Comité de Transición, el cual yo presidía. El no era oficialmente un supervisor ni estaba a cargo de esa unidad del gobierno municipal, sino que tenía un puesto de redactor, creo que por contrato, pero igual era la persona responsable del funcionamiento de la misma. No obstante, el alcalde Luis Meléndez Cano le comisionó esa tarea y el preparó el Informe de progreso de las actividades cubiertas y pendientes.

Wilhelm nunca tuvo cargo o reconocimiento oficial como historiador, aunque su labor principal era esa. Pasó como la posición de fotógrafo del municipio, que no se creó una plaza porque no se entendía que un fotógrafo podría ocupar todo su tiempo de trabajo en esa faena. De hecho, aunque había una ordenanza municipal para nombrar un historiador municipal como otros pueblos, ni se nombró a él ni a Luis Mejías Astol, ambos debidamente calificados para ejercer como tales.

Aunque al final de su jornada hace poco tiempo Hernández había realizado otras labores memorables adicionales, para 2004 escribió los logros realizados, entre los cuales estaban sus escritos por encargo o por iniciativa propia. Según él, había dejado listo para imprenta la segunda edición del libro de 1987, Vega Baja, su historia y su cultura, el cual se hizo por Adrián Santos Tirado.

Había preparado 32 artículos de carácter histórico, publicados en fiestas patronales y en los llamados Libro del Año de 2002 al 2004. Había realizado además, una bibliografía general de Vega Baja con 175 fichas de libros, 1,193 de revistas y periódicos, 128 informes de gobierno y tres tesis con referencias a Vega Baja, la bibliografía de los programas de las fiestas patronales de 1958 a 2002, inventario de fotos de Vega Baja localizados en el Archivo General de Puerto Rico y en la Colección Puertorriqueña de la Universidad de Puerto Rico, una Antología de estadísticas históricas básicas de Vega Baja, una antología de documentos de Vega Baja de 1778 a 1960, de 221 páginas aproximadamente, la Historia Urbana de Vega Baja, que acompaño al informe para la Declaración de Zona Histórica de Vega Baja y un proyecto de digitalización de fotos de Vega Baja, con más de doscientas foto.

En su informe proponía una historia social de los cines y una «insoslayable» Historia de la Central San Vicente. Posterior a ese informe, hubo aportaciones adicionales significativas. Laboró siempre lleno de presiones y pocos recursos, especialmente de parte de los alcaldes Meléndez Cano y Cruz Molina, proveyéndoles informaciones y preparando los proyectos de trabajo.

Posterior a ese informe y a final de año, hubo la presentación de la publicación de documentos históricos en un disco compacto de su autoría. A ese trabajo le llamamos el trabajo de la «resistencia» en referencia los trabajadores de la libertad anónimos en la Segunda Guerra Mundial, en un logro que no fue detectado ni patrocinado por las administraciones de Santana Rivera y Hernández González y que ni siquiera hubo representación oficial cuando participamos de la presentación.

Tuve diferencias con Wilhelm en varias ocasiones pero siempre en un plano de altura. El no compartía mi sugerencia en dedicar el Centro de Investigaciones Históricas Vegabajeñas, porque no sabía en aquel momento, la aportación del historiador Luis de la Rosa Martínez a Vega Baja. Creo que Luis Mejías, quien era la persona más cercana y cómplice de sus inciativas y las de él, lo iluminó y finalmente fue el nombre que en justicia que se había ganado Luis de la Rosa, Archivero y director del Archivo General de Puerto Rico y quien rescató los documentos históricos de nuestro pueblo a finales de la década de 1960 y la de 1970. Otro aspecto en el que tuvimos diferencias de criterio fue en el traslado del Salón de la Fama del Deporte a Casa Portela del segundo piso de la Cancha Moisés Navedo. El me explicó que creía que habían otras cosas más importantes para exhibir y celebrar desde el punto de vista de la historia vegabajeña. En ese criterio también estaba el Director del Departamento de Arte y Cultura, Wilfredo (Willy) Torres Negrón. Finalmente el alcalde Marcos Cruz ordenó el traslado para Casa Museo Portela y recientemente, creó una sala moderna y cómoda para las tarjas.

El paso de Wilhelm Hernández merece recordarse y nunca olvidarse. Después de terminar su trabajo en Vega Baja, no lo he vuelto a ver. Creo que el Gobierno Municipal debe retomar su agenda personal pues es lógica desde el punto de vista historiográfico. Nutrir y conservar las fuentes disponibles siempre tiene que ser un principio de un pueblo que quiera saber y transmitir su experiencia de vida.

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