Pot Thomas Jimmy Rosario Martinez
Josefina es un nombre presente en toda mi vida. La primera que puedo recordar es a Josefina Flores Pagan, tia abuela paterna. Cómo migrante en Nueva York, se convirtió en Josephine Deichman. Figuró una parte importante con mi padre y conmigo. Era una tía amorosa y siempre alcahueta.
Otra es mi hermana, que para ella, como en Harry Potter, su nombre es innombrable. Prefiere Josie. Fue mi asistente legal y administradora de mi oficina legal la mayor parte de mi ejercicio pero también fue maestra, asistente de hospitales y aún sigue ejerciendo como licenciada asistente de famacia.
La última Josie que llegó a la familia tiene un decenal de años solamente. Pero creativa, emocional e intensa como ninguna. Me regaló dos pinturas de su autoría y dentro de su aparente mente de niña juguetona hay una preocupación por el bienestar ajeno, que lo manifiesta de distintas maneras.
Si Titi Josie estuviera viva estaría pendiente de mi, como mi hermana y mi nieta. Eso es verdadero amor filial que uno siente que proviene mágicamente, de todos lados y que en estos días especiales, se siente más agudo.

