Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Recibimos una nota de una persona conocida por todos, donde expresa que recientemente hubo una reunión de emergencia del alcalde con cierto personal encargado de la viabilidad de los proyectos municipales. Se dice que Marcos Cruz estaba procurando que varios de los proyectos pendientes salieran antes de las primarias del 2 de junio porque la argumentación sobre obras se estaba quedando en fotografías de palas en lugares de trabajo y en culpar a agencias estatales y otras razones por la dilación en las mismas.

Según nuestras fuentes no saldrá ningún proyecto. Cuando el alcalde preguntó porqué, le contestaron que el dinero que dio FEMA se gastó en otras cosas y no los utilizaron en los proyectos para los que lo solicitaron, que los 4.5 millones del pago de seguros por desastre ya los invirtieron y no se ha podido cerrar ningún proyecto.

Los empleados del Gobierno Municipal han expresado preocupación por el alcalde, porque se ve de mal humor y está reaccionando fuerte y desorientado cuando se le informa de los problemas de día a día en el gobierno municipal y entre sus seguidores. Su campaña política no está siendo efectiva ni responsiva a su llamado como las otras tres campañas previas. Esa preocupación la ha pasado a sus más cercanos colaboradores, algunos de ellos con funciones duales entre el trabajo oficial y el político.

Un amigo cercano que tiene un vínculo afectivo mayor, le preocupa que por causa de insomnio, el alcalde está agotado mentalmente y eso no le permite ser asertivo. En su reciente podcast sobre obras pendientes utilizaron 19 minutos para repetir la construcción de las obras pendientes pero nuevamente culparon a la otredad, y señalaron al Instituto de Cultura como impedimento para que obras como la Casa Alcaldía estuviera lista para celebrar su centenario y abrirse al público. Lo único positivo que se les ocurre es cerrar el pueblo para pavimentar sus calles principales y la plaza para volver a hacerle «arreglos», lo que molestará indudablemente a los menos visitantes procuradores de servicios municipales y que patrocinan a los comercios locales. Esa incomodidad en horas de mayor fluidez se hace como propaganda política a última hora para que los electores «sepan» que su alcalde está haciendo obra.

Anteriormente la culpa fue el señalamiento inesperado de un alegado cambio de parte de LUMA. Otra obra con problemas es un servicio de buzones en una comunidad que parece que se ha atrasado su uso por falta de coordinación temprana con el Servicio de Correo Federal pero esta agencia tiene un protocolo que no se puede afectar porque el alcalde tenga un evento político antes del cual quiera demostrar obra para cautivar electores. Bajo esa premisa, el Gobierno Federal prohíbe que se de preferencias aprobación o hacer gestiones para favorecer políticos en trabajos bajo su jurisdicción.

Todo el poder municipal que supone ser alcalde por tres términos, con la publicidad continua utilizando los recursos poderosos oficiales para su propio servicio, ganar las elecciones convincentemente por sus resultados cada noviembre cuatrienal, la fragilidad de los partidos contrarios y la solidaridad en su propio partido, parecen ser factores que escribieron su historia ascendente.

Eso ya no se ve ni importa. Su declinación, que no se concebía hasta que el aserramiento comenzara desde su propio tronco, hace que ya se esté inclinando el palo y temprano o tarde, éste caerá. Por sus actos, síntomas visibles y demeanor, se nota que hasta él lo sabe.