Por Thomas Jimmy Rosario Martinez

Ante la realidad de que en cargos públicos la mujer siempre ha estado en segundo plano al no haber habido una alcaldesa ni una presidenta de la Legislatura Municipal de larga estadía, a las dos mujeres que han optado por luchar por las candidaturas en los partidos principales se les ha hecho difícil que en sus propios partidos sean consideradas por personas que realmente quieran un cambio de administración en nuestra ciudad.
Veamos el caso del Partido Popular Democrático. Históricamente nuestros sondeos los ganaba ampliamente el alcalde Marcos Cruz Molina. Lo que hoy día demuestra no es solo una realidad de ausencia de estima pública, sino una desarticulación notoria en la campaña, la que usualmente también triunfaba en forma abrumadora. No sabemos cual será el resultado electoral, pero la percepción general es que si no trabaja bien el aspecto electoral, Madeline Pichardo Riestra será la candidata a la alcaldía del Partido Popular Democrático.
El problema de Madeline ha sido, irónicamente, recibir adeptos de las mujeres tradicionalmente envueltas en la política del Partido Popular. Aquellas que han sido candidatas a posiciones o reconocidas mujeres legisladoras municipales que saben que les ha ido duro con el machismo dentro del partido, apoyan a Marcos Cruz Molina o sencillamente, no dan el paso para el cambio.
Es extraño que eso pase, porque no han podido probar, a pesar de la campaña que difundieron, de que la precandidata no está preparada, que no es de Vega Baja o que no ha demostrado amor por los vegabajeños. El primero que ha menospreciado a ella es precisamente Marcos Cruz, el Presidente del Partido a nivel local, quien no ha dado un buen ejemplo de civismo ni ha tenido modales para la contendiente. Todas sus palabras son para alabarse a sí mismo, como un Narciso, exaltando su alegada pureza y limpieza, convirtiéndose por lo bajo en chacota pública por su semejanza con el personaje de Albert Brown del chiste de Alvarez Guedes.
Algunas de esas mujeres dicen cosas absurdas, como que el dueño de la alcaldía es el susodicho y que le tengo odio a esa persona. Los que opinan así tienen que reevaluar sus conceptos de gobierno democrático y de las relaciones humanas, porque ambos están mal definidos.
A El le preguntaron su opinión de mi y dijo que yo era controversial. Para ser controversial, tiene que haber controversia, pero yo no la creo. La ha creado El, en sus decisiones y actuaciones como alcalde de Vega Baja. Que esto tiene que ver con la personalidad y hasta con el carácter de ambos, es cierto. Solo que el candidato es él por lo que mi opinión puede ser válida o no, pero no seré incumbente a nada en el futuro, solo a observar y opinar.
El que tiene que rendir cuentas es Marcos Cruz Molina y me parece que se está yendo hace tiempo por la tangente. La tangente es una función matemática pero también en el lenguaje coloquial significa «valerse de un subterfugio o evasiva para salir hábilmente de un apuro». Si yo tuviera el talento fotográfico de mi padre, ese sería el retrato de Marcos Cruz Molina.
Si fuera por Marcos Cruz, las mujeres seguirían sometidas a sus machos.
