
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La ley determina que el alcalde es «la autoridad superior en cuanto a la dirección de la Policía Municipal residirá en el Alcalde, «pero la dirección inmediata y la supervisión del Cuerpo, estará a cargo de un Comisionado». Pero ni uno ni el otro pueden denegar servicios de seguridad a ninguna persona, deben ser diligentes y oportunos en ofrecer esos servicios, aunque sea a una candidata contraria al alcalde cuando es también candidato y mucho más cuando ha recibido esos servicios en su campaña.
En el caso de la candidata Madeline Pichardo Riestra fueron solicitados por carta y gestión personal con suficiente tiempo. En la primera ocasión dieron el servicio parcial y cuando el alcalde se enteró, lo suspendió a mitad de una actividad navideña en la calle. Posteriormente hubo varios incidentes en que incluso un miembro conocido de la facción del alcalde, el cual aparece con una botella abierta de cerveza Michelob al lado de su asiento y una legisladora municipal que perdió su compostura y gritó una perogrullada, provocaron a los favorecedores en unos actos deleznables, impropios y que pudieron tornarse peligrosos. En la segunda ocasión no le quisieron dar la contestación, evadiéndola hasta el último momento. Afortunadamente, una eficiente y presta Policía Estatal dió el servicio en sustitución, sin planificación, sino espontánea y certeramente.
El problema principal es que en el afán de como dijo una acólita de que el alcalde era «el dueño de la alcaldía» se han creído esa verdad, cuando la única es que hay una campaña donde el resultado pudiera ser adverso para Marcos Cruz Molina y aunque no lo fuera, los ciudadanos tienen el derecho de celebrar sus actividades proselitistas sin la intervención de esos perturbadores. Con su actitud, el alcalde promueve la ausencia de paz y la presencia de nuevas violaciones a las leyes del país con su actitud arrogante de querer demostrar que es dueño de los servicios públicos.
Aquí lo curioso es que no solo permite que sus acólitos provoquen la violencia sino que prepara el terreno para que la otra facción no tenga la protección debida cuando se provoque la misma. Eso no es política, es saña. Acostumbrado al autobombo, se proclama limpio, puro y transparente, pero no se puede mirar a través de él. Ya sus expresiones y hasta su caminar reflejan su verdadera personalidad.
Esta situación puede tener consecuencias para el alcalde. Y lo penoso es que tiene derecho a recibir del gobierno municipal la contratación de abogados pagados, como en el caso de la basura y el de la persona que lo demandó reclamando terrenos privados donde se está reconstruyendo el edificio Luis Muñoz Marín. Tiene la costumbre de crear problemas para que los pague la institución que representa, como su escudo personal. Eso no es honesto de su parte. Es un creído, oportunista y lleva por el peor camino su administración. Es un arrastre que no merecen los ciudadanos.
En el huracán María se autoproclamó «refugiado» para justificar vivir y comer a cuenta de los fondos municipales a pesar de que gana $ 7,500 mensuales. Ahora es refugiado por las propias tormentas que crea, ya no por ignorancia como en el caso del nepotismo del que finalmente por tecnicismos legales y una mentira piadosa ofreció además de la primera oportunidad que siempre tienen los nuevos, «por las dudas».
Ya no se le ven las uñas, sino garras. Desde hace un tiempo refleja negligencia, indiferencia y hasta intención. Ese es el terreno más peligroso que un funcionario público puede pisar. Para su mente esclavizada con pensamientos de grandeza, puede ser camino fácil. Pero tambien el camino corto se convierte en la noche oscura del alma donde se ofusca el pensamiento y no se sabe de la tierra movediza que se oculta delante de él, que es el reflejo de lo que es.
Para los que creen que dramatizo, demonizo y soy un detractor, solo escribo para que él me entienda y desista o mejore como persona porque gane o pierda, estará unos días más ostentando el poder público y después formará parte de la historia vegabajeña. ¿De verdad queremos otra historia negativa de lo que hicieron nuestros gobernantes? ¿Queremos otro condenado o preso?
Como dentro de su creída magnificiencia también se autoproclamó -porque…!mire que le gustan las proclamas!- «experto en símbolos» para una clase de historia que ofreció por lo que algunas de mis expresiones escritas son simbólicas. Sé que se corta las uñas. Nada personal.
