
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Usualmente, la facción ganadora en una contienda política pide la unidad de todos los afectos de las unidades para consolidar y hacer una fuerza más poderosa. En Vega Baja, es distinto. Ni siquiera mencionan la contedora Madeline Pichardo Riestra sino que hacen un llamado a una unidad pero sin ella para las elecciones de noviembre.
La razón es que nunca la quisieron los actuales dueños de ese partido. Aun más, la despreciaron, vilipendiaron, atacaron y le hicieron trampas con saña y mucha maldad. Tan es así, que para desquitarse de la mancha oscura que le impuso el Contralor Electoral a Marcos Cruz Molina de por vida por ocultar ingresos y gastos en las elecciones de 2020, éste radicó querellas insustanciales y falsas en dicha oficina contra ella, que por ser a la faz politiqueras fueron todas desestimadas de plano.
El alcalde, en su mensaje, habla de una unión parcial para lograr nuevos derroteros, pero es una unión con lo que tiene. La ley natural de la política señala unos flancos débiles en esa hipocresía: «En Vegabajeños Unidos con Marcos Cruz Alcalde 2024 creemos que la unión de fuerzas son esenciales para avanzar y superar los desafíos que enfrentaremos de cara a las elecciones de Noviembre. Estamos seguros que juntos, podemos alcanzar grandes victorias, para el Partido Popular Democrático y para nuestra querida Ciudad del Mealo Malao. Es unidos que fortalecemos nuestra democracia y juntos vamos x más progreso social y económico. Vegabajeños que me leen es nuestro momento de crecernos como pueblo y unirnos por que Vega Baja nos necesita a TODOS.»
Después que el alcalde permitió y el mismo quiso e hizo mucho daño contra la candidata, aun ganando en la inmediatez, como lo hizo Edgar Santana en 2008, terminó con un partido fragmentado, con mucha gente dolida de su propio partido, porque no jugó limpio. Sin embargo, ella ha salído incólume, valorada por su gesta y más querida que cuando era desconocida.
Esa misma falta de limpieza la lleva desde hace años en su quehacer diario Marcos Cruz como alcalde y con la complicidad de algunos acólitos. El «señor Albert Brown» de la política vegabajeña ya no puede reclamar la pureza de la que hace alarde, pues dejó ver su refajo.
