Historia de las Comunicaciones en Vega Baja (3): el altoparlante

Fototeca Jimmy Rosario 1401852 Altoparlante inicia procesión en Viernes Santo de 1958

Publicado por Diario Vegabajeño de Puerto Rico el 31 de marzo de 2023.

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

La tradición oral nos trae el hecho de que no habiendo los sistemas modernos de amplificación, originalmente se usaba un megáfono, que era un cono hecho de cartón u otros materiales para que la voz pudiera escucharse más fuerte. Posteriormente vino el amplificador eléctrico que mi recuerdo me lleva al policía que lo usaba y que estaba a cargo de la Liga Atlética Policiaca en Vega Baja, cuyo nombre no recuerdo y al famoso Mayán, pastor pentecostal de La Trocha.

Pero los primeros amplificadores vegabajeños fueron las conchas de los caracoles usados por los aborígenes, a los cuales se les hacía un boquete en la punta para producir un sonido. Sabemos de su existencia por aparecer abundamntemente en varios yacimientos arqueológicos locales y aunque es un instrumento usado por varias culturas en todo el mundo, es evidente que también los vegabajeños originales tambien lo tuvieron.

Luego del megáfono sencillo no eléctrico y el eléctrico, debe haber hecho presencia en Vega Baja el altoparlante, que es, según definido por la Academia de la Lengua Española, un «aparato que transforma la corriente en sonido» al cual se le llama también altavoz.

Si bien la primera reproducción de sonido pertenece a los tocadiscos, la fuerza de sus bocinas no eran eléctricas, sino por cuerda, lo que reducía la capacidad auditiva reproducida del instrumento. Los radios que llegaron a fines de la década de 1920, también eran limitados. El uso de frecuencias radiales especiales para comunicación era especializada y limitada.

Aunque no estamos seguros, creemos que los primeros altoparlantes en Vega Baja aparecieron en el Campamento Tortuguero que siendo un lugar de preparación de soldados para las guerras y conflictos, contaban con muchas facilidades modernas para ese tiempo. Luego los ciudadanos y el gobierno local fueron adquiriendo equipos como micrófonos, bocinas y amplificadores para sus actividades y para negocios. El que no contaba con uno, recurría al servicio rentado por publicistas comerciales.

Mi padre, Thomas (Jimmy) Rosario Flores fue pionero en el negocio de comunicación comercial ya que creó tres marcas de publicidad rodante. Una de ellas fue Publicidad Rosario y otra Publicidad Vega Baja en la década de 1950. Estas consistían en reproducir anuncios de actividades y promoción de negocios del área en el pueblo y sus barrios, aunque luego se extendió a otros pueblos. El rentaba carros privados o públicos, les instalaba un convertidor y una batería adicional a la del vehículo, un micrófono y bocinas.

Los mensajes eran simultáneos, o sea, en vivo, a medida de que el vehículo pasaba por las calles principales del pueblo y las demás comunidades. Posteriormente se le instaló una grabadora lo que relevaba el uso constante del locutor. En esa primera etapa recuerdo a Hiram Rosario, quien luego fue el dueño de la Publicidad Superior, a Sammy, Guillermo, Lole y otros cuyos nombres completos no recuerdo.

El servicio de altoparlantes para anuncios comerciales fue luego seguido por José Enrique Valentín Arce (Publicidad JEVA, correspondiente a las iniciales de Quique), Publicidad De León, hijo y la Publicidad Jolier, entre otras.

A finales de la década de 1950, los efectos de la guerra fría llegaron a Vega Baja con el temor de que hubiera un ataque nuclear. Las bocinas reproductoras de las sirenas ubicadas en la Casa Alcaldía luego se utilizaron para hacer llamado para que los niños y jóvenes menores de edad estuvieran en sus hogares entre la ocho y cuarenta y cinco a nueve de la noche en que se sonaban las mismas. A eso le llamaban toque de queda, similar al que había en los tiempos de la segunda guerra mundial.

Artistas de radio y televisión visitaban a Vega Baja en plataformas de camiones preparadas con equipos de altoparlantes para ofrecer espectáculos de comedia y música, auspiciados por marcas comerciales.

En la década de 1960, las iglesias acostumbraban a poner música por altoparlantes desde sus templos para atraer fieles, lo que fue objetado por la ciudadanía porque se consideraba un ruido innecesario. La Funeraria Palín también usaba un altoparlante cuando se terminaban los velatorios y se iba a iniciar el camino al cementerio. Locales comerciales también tenían sus equipos con bocinas fuera para atraer clientes. En la política se ha usado en tribunas rodantes y las llamadas popularmente comecocos y comepavas.

Estoy seguro que este recuento aflorará la memoria general recordando otras ocasiones en el uso del altoparlante como un medio de comunicación en nuestra historia. Hay mucho más de este medio, que habremos de historiar oportunamente y documentar con referencias e imágenes adicionales.

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