
Las pausas absolutistas entre los Periodos Constitucionales: La Junta de Visita como mecanismo de control político-económico: 1814-1820 (4 mayo 1814 – vuelta al absolutismo), 1823-1833. (4 octubre 1823 [4 diciembre 1823] – vuelta al absolutismo) (septiembre 1833 – muerte de Fernando VII). 10 abril 1834 se restablecen las Cortes (Estamento de los Procuradores de las Cortes). 23 julio 1835 – ayuntamientos electivos. (5 abril 1836 – elecciones generales) 23 mayo 1836 – disuelven los estamentos parlamentarios puertorriqueños. 6 noviembre 1836 – elecciones generales.
El día 4 de diciembre de 1823, hay un segundo retorno al absolutismo después de que se aprobó la Constitución de Cádiz, que se extendería hasta la muerte del Rey Fernando VII en septiembre de 1833. El Cabildo Constitucional vuelve a ser sustituido por la centralizante Junta de Visita presidida por el Teniente á Guerra Don Manuel Joaquín de Navedo. Como resultado de la visita del 13 de mayo de 1824, la Junta de Visita, presidida por el Teniente á Guerra, le rinden un informe a la Gobernación y Capitanía General en respuesta a un extenso cuestionario que les entregan sobre los más diversos aspectos políticos, económicos y sociales del pueblo.
Infraestructura económica. Caminos, puentes y calzadas.
Informa el Teniente á Guerra Don Manuel Joaquín de Navedo que existían cinco (5) caminos en el Partido. El Camino Real que estaba trazado de Este a Oeste y que comunicaba con el pueblo de Manatí y a cuyas orillas se había fundado el pueblo, existía desde tiempos inmemoriables. Paralelo a este, pero trazado por la costa, existía otro camino que comunicaba con la Capital y cuyo paso por el Río Cibuco contaba con un ancón que era rematado por el gobierno central.
Informa además que existía un camino del pueblo hasta la costa y otros dos que comunicaban con el Partido de Morovis. Posiblemente se trata de los caminos de los barrios Almirante Norte y Sur; y Pugnado Afuera y Adentro. Destaca en el informe que existían dos (2) puentes y ninguna calzada. Asumimos que los puentes a los que hace referencia se relacionan de alguna manera con el Paso Real del Río Cibuco y con el Paso del Río Morovis (Indio).
Especialistas o funcionarios.
Si algo caracteriza este aspecto de la estructuración de las regulaciones técnico-administrativas del estado a nivel local en este periodo, es la débil estructura de especialistas o funcionarios que prevalecía como resultado obvio de la precaria situación económica. De hecho, en el informe al que estamos haciendo referencia, informa el Teniente á Guerra que no existen escribanos en el Ayuntamiento; no existen Comandantes de Departamento (Vega Baja estaba adscrito al Departamento del Norte) ni de Distrito; no hay Capitán de Puerto; no hay Sub-delegado de Hacienda; no hay Administrador; no hay Interventor; no hay Oficiales de Libros; no hay Guardas; no hay entrada ni salida de buques; no hay buque ninguno matriculado; ni botica.
Ante la inexistencia de un escribano, el trabajo lo estaba llevando a cabo un escribiente sin sueldo. Aunque no contaban con comandantes departamentales ni de distrito, Don Juan Bautista Sánchez Camilo ocupaba el cargo de Comandante de Cuartel. Tal era también la situación del Puerto; no había un Capitán pero contaban con Don Joaquín Marrero como Práctico. También contaban con dos pilotos matriculados, Don Juan Juliá y Don José María Anselmo de Achavales . Este último también se desempeñaba como intérprete. Además, contaban con un marinero de nombre Pablo Serviá.
En el área de la educación contaban con Don José María Saavedra como maestro de Primeras Letras y recibía un salario de 200 pesos pagados por el público. Contaban también con Don Manuel Joaquín de Navedo como Agrimensor. Tal vez, el área mejor estructurada era la de la salud pública. Existía una Junta de Sanidad integrada por el Alcalde como Presidente; como vocales el Cura Don Francisco [del Pilar] de Torres, Don José Manuel Dávila y Don Manuel Torres. Como médico contaban con Don Santiago Steffen y con un “curioso” de nombre Don Manuel Cardona.
Obras públicas. (Iglesia, Cementerio, Casa del Rey [Cárcel y calabozo]).
Aunque informa el Teniente á Guerra que en el Partido no había ninguna obra pública, nos parece que tanto la iglesia como el cementerio y la Casa del Rey representaban parte de las “Aditamentos materiales, cárceles e instituciones coercitivas” inherentes del estado. Pese a que no contamos ni con una descripción de la iglesia ni del cementerio [provisional], sabemos que ambos inmuebles se encontraban en buen estado. La iglesia se encontraba desde tiempos de la fundación del pueblo bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.
La Casa del Rey, donde se encontraba la cárcel con su calabozo estaba valorada en 150 ps. La misma estaba construida de madera y techada de tejas y se encontraba en “mediano estado”. Las reparaciones que requería la misma se estimaban en 300 ps. Aunque no se especifica dónde estaba ubicada, asumimos que siguiendo las leyes de urbanismo de la época debía haber sido construida al extremo oeste de la plaza frente a la iglesia.
Comercio.
El comercio del pueblo consistía de quince (15) pulperías o ventorrillos y dos (2) tiendas mixtas con licencia. Aunque no se especifica qué tipo de víveres o mercancías vendían, las pulperías debieron haber estado más relacionadas con la venta de productos agrícolas de producción local; mientras que las tiendas mixtas, sin excluir los productos agrícolas de producción local, debieron haber estado relacionadas más con la importación de artículos de consumo ya fuera por medios legales o de contrabando. Se sabe que existían establecimientos de “revendedores” en el pueblo que bien pudieran ser los ventorrillos o las tiendas mixtas a las que hacen referencia en el informe.
Distribución de la población: Vivienda.
Aparte de las estructuras inmuebles de tipo militar, religioso, industrial y comercial, el entramado urbano se completaba con dos tipos distintos de vivienda: las casas y los “bogios” o bohíos. Se informa de la existencia de treinta y cinco (35) casas y treinta y siete (37) “bogíos”. Pese a esto no hace mención alguna de las viviendas existentes en la ruralía. La diferencia primordial entre los tipos de vivienda consistía del mayor o menor uso de los mismos materiales de construcción.
Aunque no se especifican los materiales, asumimos que los materiales a usarse dependían de los tipos de estructuras. Mas adelante veremos la industria de ladrillos y tejas en su relación con la construcción de inmuebles de material.
Para el año de 1833, la población seguía siendo mayoritariamente rural. Aunque la población de la ciudad era menor, en la misma se encontraban el 21.69 % (41) de las casas y el 5.21 % (19) de los bohios. En la ruralía encontramos el 78.3 % (148) de las casas y el 94.78 % (345) de los bohios. El valor de las casas urbanas era de 11,888 ps. (52.25 %) y el de los bohios era de 2,573 ps. (91.69 %) Mientras que el valor de las casas rurales alcanzaba un 10,860 ps. (47.74 %); y el valor de los bohios el 233 ps. (8.3 %).
Veintiocho (28-52.83 %) de las cincuenta y tres (53) viviendas del centro urbano estaban valoradas en menos de 100 ps. De las cincuenta y tres (53) viviendas, cincuenta y una (51 – 96.22 %) se encontraban dentro del renglón de 0 – 599 ps. Solamente había dos (2) viviendas cuyos valores eran de 1,500 ps. y 2,000 ps. Las cuales correspondían al Comandante de Cuartel, es decir, a un inmueble militar y a Don Antonio Cayol, respectivamente.
Aunque no tenemos datos pormenorizados para el subsiguiente periodo de 1838 – 1846, contamos con estadísticas generales sobre los dos tipos de viviendas para distintos años. Entre los años de 1838 – 1839 se observa una disminución en la cantidad de viviendas. Sin embargo, en el año de 1840, hay un aumento exponencial en la cantidad de bohíos y una disminución en la cantidad de casas. La disminución de casas entre los años de 1839 a 1840 (142 a 14) y el aumento de bohíos (239 a 777) si bien apuntan hacia procesos migratorios trazan un proceso acelerado de centralización de tierras en pocas manos y hacia la proletarización de la población.
Desde el punto de vista demográfico se advierte que en 1837 la población era de (3585) y que para el 1839 había disminuido en 367 individuos para un total de (3218). La próxima estadística disponible sobre la población corresponde al año de 1849, cuando la población experimenta un alza con la cifra de 4173 habitantes.
Aunque no contamos con estadísticas de población para el periodo comprendido entre los años de 1840 y 1848, existen estadísticas específicas sobre las viviendas correspondientes a los años de 1841, 1842 y 1846. Lo que nos permite hacer un acercamiento a las estadísticas poblaciones no disponibles. En términos globales la cantidad de viviendas disminuyen en el año de 1841. La cantidad de casas aumentan (14 > 19) y los bohíos disminuyen (777 < 355). Pero a partir de ese año continúan en aumento hasta el 1846. Desde el punto de vista demográfico la tendencia alcista corresponde al alza observada en el área de las viviendas. En 1840 el valor de las casas disminuye en comparación con el año de 1839 (20,977 ps. < 12,100 ps.). Mientras que el valor de los bohíos aumenta (2,865 ps. > 18,500 ps.). Al año siguiente (1841) hay un aumento exponencial en el valor de las casas (38,200 ps.) y el valor de los bohíos se mantiene en el mismo promedio (17,750 ps.). Aunque el valor de las casas mantiene el mismo promedio entre los años de 1842 y 1846, el valor de los bohíos disminuye en 1846 a 7,385 ps.
La producción de ladrillos durante dicho periodo podría guardar alguna relación con la construcción de casas. Aunque nos parece que guardaba una mayor relación con la construcción de inmuebles industriales. Desde 1838 hasta 1840 la producción por millares de tejas y ladrillos presenta una tendencia alcista, que disminuye en 1841 y se mantiene estable hasta el año de 1846. Tal fue también el valor en pesos de la producción para los mismos años.
Distribución de la población: Demografía. (Edad, raza, media de vida, expectativa de vida, etc.) Distribución por barrios (Provincias geomorfológicas).
A partir de la separación administrativa entre el Partido de Vega Alta y el Partido de Vega Baja en 1797, las estadísticas demográficas se separaron. A intervalos irregulares comenzaron a censar la población. Pero no fue hasta el 1837 que se hizo el primer “Censo de Almas” donde se identificaron los individuos (“Jefes de Familia”) por nombre y apellido. Los próximos censos de 1839 y 1849 volvieron a obviar dicha información. Cuando el Gobernador y Capitán General Don Miguel de la Torre pidió información sobre la localidad mediante el envío de la Circular Número 60 del 10 de mayo de 1824, le informó el Teniente á Guerra Don Manuel Joaquín de Navedo que “El Padron nominal de Almas: se está practicando”.
A base de la información provista por las autoridades locales, se elabora el primer desglose disponible sobre la composición de la población vegabajeña por raza y sexo. La población estaba integrada por blancos (1337), pardos (275), morenos (187) y esclavos (167) (Total de 1966). La población de agregados (Con énfasis en el hecho de que los mismos se habían englobado indistintamente de su raza.) era de 635 individuos. La población no blanca (parda, morena y esclava) representaba el 31.99 % (629) de los habitantes censados. Mientras la población de agregados representaba el 32.29 % (635). La proximidad porcentual de la población no blanca con los agregados sugiere la posibilidad de que los agregados se encontraran entre los habitantes no blancos del pueblo. La población masculina sobrepasaba levemente la femenina de un 55.30 % (1439) a un 44.69 % (1163) (Total 2602). (Ver Tabla Censo de Almas de 1828 – Pedro Tomás de Córdova)
Cuando se producen las estadísticas correspondientes al Censo de Almas de 1833, encontramos que la población estaba integrada por blancos (1465), mulatos libres (641), negros libres (303) y esclavos (282). Distinto al año de 1828, los agregados no fueron censados aparte. La población blanca representaba el 54.44 % (1465) y la población no blanca (mulatos libres, negros libres y esclavos) el 45.55 % (1226) (Total 2691). La población femenina sobrepasaba la población masculina de un 58.75 % (1581) a un 41.24 % (1110) (Total 2691). (Ver Tabla Clasificación del Censo de Almas de 1833 – Razas)
Cuando se producen las estadísticas correspondientes al Censo de Almas de 1837, encontramos que la población estaba integrada por blancos (2039), mulatos libres (919), negros libres (144) y esclavos (483) (Total 3585). La población blanca representaba el 56.87 % (2039) y la población no blanca (mulatos libres, negros libres y esclavos) el 43.12 % (1226) (Total 1546). La población masculina sobrepasaba la población femenina de un 52.99 % (1900) a un 47 % (1685) (Total 3585). (Ver Tabla Censo de 1837)
