Juicio del año 2015: Legislatura Municipal

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

 Publicado en el Diario Vegabajeño de Puerto Rico el 31 de diciembre de 2015

ESCUDO DE LA LEGISLATURA MUNICIPAL DE VEGA BAJA LUIGI LEGISLATURA MUNICIPAL 130119 (115)

Por varios años, el poeta José Gualberto Padilla, residente de Vega Baja desde 1858 hasta su muerte en 1896 y quien fue alcalde de nuestra ciudad en dos ocasiones, médico titular, agricultor y poeta, entre tantas cosas, escribió unas poesías rimadas y con rigor, evaluando cada año que pasaba. Para los que no lo saben, Padilla fue tal vez el primer escritor defensor de la puertorriqueñidad desde sus epístolas versadas en contestación a las injurias del poeta español Manuel de Palacios. Sabio al fin, evaluaba desde su perspectiva culta, a veces hasta invocando a los dioses de la mitología mundial, la situación convulsa de la época.

JOSE GUALBERTO PADILLA

No tengo lo de sabio ni poeta de Padilla, pero sí lo de vegabajeño. Como él, amo a los vegabajeños y  la libertad. Y me entusiasman las personas que buscan ese derrotero para poder ser lo que quieren ser y lo que quieren decir. La suma de mentes libres, es la verdadera democracia.

Hay dos clases de personas. Una, las que no tienen voluntad propia y los que la tienen. Las que no tienen voluntad propia repiten lo que otros le dicen para quedar como subordinados escuderos en el deseo de demostrar con actos de alcahuetería que los que tienen el poder nunca se equivocan. Todos sabemos que esa premisa es falsa y hasta epítetos como lamesuelas  o que está detrás del fondillo del que ostenta el poder. Otros elaboran hasta teorías de que se acaba el mundo si no se obra «disciplinadamente» o «como dice el caucus».

El otro tipo de persona cuestiona y ayuda al líder a tomar decisiones correctas y no le permite dejar caer en el error de tomar malas decisiones. Quienes esto hacen se ganan el respeto del líder y de los demás.

Tradicionalmente los legisladores municipales son favorecedores  y hasta ciegos con el menú que le presenta el alcalde, cuando es de su partido. Lamentablemente, en un principio, son nominados por él en la plancha electoral y eso está fuera de su control, a menos que se postulen como legisladores municipales por separado dentro o fuera de su partido. Una vez salen electos, generalmente dependen del alcalde para todo, porque la ley favorece muchas instancias en que el alcalde prevalece, pero además su vínculo político le obliga moralmente a respaldar las iniciativas del alcalde.  Sin embargo, el juramento que prestan el primer día, es de fidelidad a la Constitución, leyes y nunca  a ninguna figura humana o política.

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Un legislador municipal gana una dieta, que es una cantidad fija de dinero por sesión, que excede por mucho el pago mínimo por hora. Se supone que el cargo sea un honor para quien lo acepta y que cumpla con un desempeño libre y honesto. Y cada uno  tiene una serie de obligaciones mayores que el de los restantes ciudadanos, como cumplir con los preceptos constitucionales, legales como la Ley de Municipios Autónomos, fiscales como la Oficina del Contralor y la Oficina de Eica Gubernamental y el reglamento interno del cuerpo.

En teoría, cada legislador es independiente. No hay reglas -ni pueden haberlas- para entregar su voto ni para coartar su derecho a expresión. Es el parlamento municipal y parlamento significa hablar.

En el presente cuatrienio ha habido tres cambios en la dirección, pero ha habido cortesía institucional sucesoria a cada uno de los dos presidentes que han renunciado. Eso se corrobora por la organización interna, igual Secretaria y el seguimiento que se le ha dado a planes inconclusos del presidente anterior. Los que han estado abajo han subido y no hay quejas sustanciales de las minorías sobre el trato que reciben.

Lo único que está pendiente es una queja presentada por una delegación que espera el consejo de la Oficina de Etica Gubernamental. Mientras tanto, los legisladores municipales cuya participación pudiera ser cuestionada porque tienen parientes sirviendo en la rama ejecutiva municipal, han estado inhibiéndose o absteniéndose tanto en las comisiones como en el pleno de la Asamblea, como un ingrediente de pudor moral que antes no existía.

La incorporación de ciudadanos desinteresados a servir como colaboradores en ideas periferales a su trabajo intrínseco de legislar, como la junta de la historia de la rama legislativa y la misión de conservar valores, entre otras, permite darle una dimensión extraordinaria a una rama que venía fallándole al pueblo. El reciente rechazo público a un nombramiento importante, en ausencia de un retiro por parte del alcalde o una renuncia por parte del incumbente nominado, es otro avance que crea precedente, para bien, en nuestra rama legislativa local.

Siendo 2016 un año de política partidista, posiblemente escuchemos públicamente a los políticos atacar o defender la Legislatura Municipal. No estando en el candelero público frecuentemente, tendremos que ver el contenido de las quejas y acusaciones políticas y de las defensas. Cada legislador municipal es responsable de lo que hizo o no hizo. Las delegaciones de los tres partidos deberán demostrar su diligencia para trabajar en grupos coordinados y eficientes y ser ejemplo acreedor a que se les dé una mayoría legislativa  y los electores decidirán quienes de los que han estado individualmente se deben quedar y quiénes no. 

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