Delimitación de colindancias entre Manatí y Vega Baja, por Carlos M. Ayes Suárez

Conflictos entre los actuarios. Obstaculización del trabajo por la comitiva manatieña.

Año de 1846.

Entrado el año de 1846, el Gobernador y Capitán General Don Rafael de Aristegui y Vélez, Conde de Mirasol, lleva a cabo una visita política al Partido de Manatí. Durante su estadía la corporación de Vega Baja aprovecha la oportunidad para exponerle por primera vez el problema que confrontaban con la colindancia entre ambos municipios. Ya para el 26 de marzo de 1846, Aristegui comisiona al Coronel Don Tulio O’Neill, Comandante del Primer Distrito de Bayamón, para atender el reclamo de los vegabajeños.

     Cuando O’Neill reúne a ambos Ayuntamientos en Vega Baja para discutir el asunto observa que los manatieños se estaban confabulando para oponerse al deslinde.[1]Con el propósito de paliar la situación propone que el deslinde se lleve a cabo en una proporción de 2 partes para Manatí y 1 para Vega Baja[2], pero aún así los manatieños se opusieron. Después de nombrar al agrimensor que se encargaría de la mensura,[3] citan a las partes para iniciar el trabajo pero el Ayuntamiento de Manatí se niega a comparecer al deslinde y O’Neill suspende el trabajo.[4]

El 28 de septiembre de 1846, la situación se le presenta a Aristegui. Resulta obvio que éste ratifica las instrucciones que había impartido para dilucidar la problemática ya que le remite al Comisionado O’Neill una copia del expediente de erección de la Parroquia de Vega Baja[5] para que llevara a cabo el deslinde a base de los puntos allí marcados. Pero le advierte O’Neill que en el mismo solo se marca un punto equidistante entre ambas parroquias.[6] Entonces pide que se vuelvan a citar las comisiones para establecer los lindes de mampostería. Ya para el 22 de diciembre de 1846, O’Neill comisiona al Teniente Don José de los Reyes Izquierdo para que cree la comisión de Vega Baja y solicite la creación de las comisiones de Manatí y Morovis.

Año de 1847.

Para poder delimitar el territorio de manera equidistante entre ambos pueblos, iniciaron el trabajo con la mensura de la distancia entre ambas parroquias siguiendo el Camino Real existente.[7]Una vez concluída dicha fase del trabajo, se celebra una reunión en un punto céntrico[8] con la comitiva manatieña integrada por Don Francisco Casellas Ferrer y Don Agustín Collazo. Después de hacer entrega de la certificación de sus nombramientos por la Junta de Visita de Manatí, la comitiva manatieña se cuestiona las instrucciones que había recibido Izquierdo basándose en el contenido del expediente del deslinde de 1768.

     El Comisionado Izquierdo decide suspender el trabajo y poner en conocimiento a O’Neill sobre las objeciones de los actuarios de Manatí.[9] Después de recibir instrucciones de O’Neill a efectos de continuar con el trabajo pese a la oposición de los manatieños, el mismo se reanuda el día 26 de enero. Ya para el 23 de febrero los actuarios de Vega Baja habían terminado la delimitación del territorio sin la participación de los objetores.           

Equipo y materiales. ¿Quiénes los suministraron y a qué costo?

     Para iniciar el trabajo de mensura, Izquierdo requiere del Teniente á Guerra Don Pedro Prado Aragón que provea a la comisión de “…cuatro bagajes y cinco peones con las herramientas necesarias para dicho trabajo.”[10]Pese al hecho de que se menciona que el equipo de trabajo consistía de cinco peones, no se menciona a ninguno por el nombre y tampoco se indica cuánto se le pagó a cada uno por su trabajo. Resulta obvio que el conocimiento que tenían los actuarios del relieve topográfico por el cual tenían que trazar el deslinde incide en el tipo de herramientas que tenían que llevar durante el trabajo. Las mismas consistían de hachas y espadines.[11]

     Los bagajes fueron provistos por Don Miguel del Toro (34 bagajes), Doña Florentina Sánchez (22 bagajes) y Doña María Marrero (11 bagajes). Cada bagaje se pagó a un costo de 4 rs. alcanzando un total de 268 rs. El costo total del proyecto fue de 3321 rs. 18 mrs.  Al menos uno de los proveedores de los bagajes era propietario de uno de los barrios rayanos. En el barrio Pugnao Don Miguel del Toro tenía 120 cds. Sin embargo, no hemos podido precisar si la Florentina Sánchez que se menciona es la misma Feliciana Sánchez que tenía 11 cds. en el barrio Algarrobo. Tampoco sabemos si Doña María Marrero es la misma Doña Lucía Marrero que tenía 130 cds. en el barrio Pugnao.[12]


[1] Reunión celebrada el 15 de junio de 1846.

[2] Luego veremos como los actuarios de Manatí insisten en que la divisoria debía corresponder a la establecida en 1768 con una proporción de 2:1 con relación a Vega Baja.

[3] Aunque no se identifica al agrimensor en cuestión, asumimos que se trata de Don Félix Napoleón Desjardins.

[4] 23 de junio de 1846.

[5] La parroquia de Vega Baja se establece el 1 de febrero de 1794. No hemos podido relocalizar el plano al que hacen referencia.

[6] Se refiere al linde que se estableció en el Camino Real a orillas de la Ciénaga del Pajuil.

[7] El trabajo de mensura se llevó a cabo entre los días 13 y 15 de enero de 1847.

[8] La reunión se celebró el día 16 de enero de 1847.

[9] Se suspende el trabajo el mismo día de la reunión con los actuarios de Manatí.

[10] Oficio del 7 de enero de 1847.

[11] Auto del 23 de enero de 1847. Los espadines mencionados eran un tipo de machete apropiado para la tala y el desyerbo.

[12] Padrón de tierras de 1851. Tanto Don Miguel del Toro como Doña Lucía Marrero tenían otras propiedades en los barrios Río Abajo y Cabo Caribe.

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