
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
El presente no es continuo, se divide entre convertirse en pasado o futuro o hasta compartirse en ambas líneas de tiempo. La continuidad está en el movimiento, como lo es con todas las cosas de la vida material y espiritual. Nada se queda estático, algunas cosas terminan y otras se modifican con el paso del tiempo.
Vega Baja es un conjunto de personas, grupos creyentes en sus propias filosofías, una dinámica de trabajo diversa, territorio, edificaciones, lugares naturales y recursos naturales y los creados por el ser humano. El gobierno municipal solo es un aspecto de la vida vegabajeña, pero nunca debe definir la vida en sí; los vegabajeños, desde nuestros propios espacios, debemos escoger lo que queremos para el futuro y los instrumentistas que se dedican al servicio público localmente, cumplir con las aspiraciones de los ciudadanos.
Todas las administraciones han fallado en recoger muchas de las aspiraciones de los vegabajeños. Unas han optado por seguir rutinas y nunca cambios. En otras, el cambio ha sido tan lento que no se percibe. Hay nuevas cosas cuyo propósito no se conoce y terminan desde su inicio siendo obsoletas e imprácticas para las nuevas sociedades, siempre en evolución. Pero sobre todo, hay mucha ignorancia inexplicable. Esto último podemos atribuirlo a análisis, opiniones y decisiones desde cómodos escritorios sin ir a la experiencia, la estadística ni la visión de utilidad a las ideas, que en ocasiones se limita al «juicio de las tres b»: bueno, bonito y barato.
A nuestros gobernantes les gusta impresionar con imágenes futurísticas retocadas para impresionar y explicar sin fundamentos reales y palabras adornadas rebuscadas para lo que ellos entienden que el pueblo quiere escuchar. Estas «verdades» en realidad no lo son, porque les falta fundamento para susw ideas.
Hace falta una filosofía de futuro. No una de «trial and error», de parchos a lo que se hizo en el pasado y de crear por lo que la persona encargada sabe del asunto. En todas las áreas de acción de Vega Baja debe haber esa consciencia de la importancia del ahorita, del después, del mañana.
En el Gobierno Municipal de Vega Baja se debería reformular el método de llegar a las cosas. Propongo las siguientes ideas, para lograr una administración óptima y productiva, independientemente de quien sea elegido para dirigir o trabajar:
- Crear una filosofía escrita de meodología, de cómo se van a conducir los asuntos de un municipio. Esto va más allá de las leyes, reglamentos, discursos y mensajes del alcalde o la exposición de motivos de una resolución u ordenanza.
- Para crear una filosofía escrita hay que estudiar la visión que tienen los ciudadanos, más allá del interés particular de que en una calle se les autorice el tránsito en una dirección, que se pongan los amortiguadores para reducir la velocidad o cualquier otro asunto de menor importancia.
- Creo que hace falta que el pueblo tenga más ingerencia en los presupuestos, para evitar que se discrimine a favor o en contra de personas y grupos por razones políticas, que se cree un sistema público de resolver asuntos municipales que todos sepamos las opiniones, quejas y querellas, la respuesta de parte del gobierno municipal y la respuesta a corto y largo plazo de parte de los funcionarios municipales.
- Se debe crear un sistema de información público, histórico y estadístico, para facilitar la creatividad y discusión pública de los problemas. Hoy día es más posible que nunca con los adelantos en la computación, la ciencia digital y la inteligencia artificial.
- Comenzaría esa filosofía escrita estableciendo que el ciudadano tiene derecho a toda la verdad de los asuntos del gobierno municipal. No a los foros controlados ni a los medios limitados convenientemente, sino a un absoluto descubrimiento de cómo es administrada la cosa pública. Tampoco de repetir el decir que hay respeto a la verdad pero aguantando la divulgación de información con alegaciones de sensitividad.
Quisiéramos saber si alguno de los candidatos a alcaldes o partidos políticos locales están dispuestos a acoger la idea. Recordemos que los asuntos públicos, favorezcan o no a los incumbentes, no son asunto privado. La diferencia la hace las constituciones que nos rigen, las leyes y la jurisprudencia. Los que aspiran a estar en una posición decisiva deben saber que abrir el flujo de la información puede ser beneficioso o perjudicial para ellos, dependiendo de cómo se desempeñen.
Si algun candidato viene con el propósito de tomar toda la ventaja que el cargo le permite, deje las cosas así y no me haga caso. Pero si de verdad no tiene nada que ocultar ni tiene una prevención de actuar irregularmente, nada pierde con adelantar cómo será su administración. El que tiene la consciencia tranquila, no tiene miedo y cuando renueve el poder o lo tenga por primera vez, siga haciendo lo mismo que antes.
