¿Quién ganó el debate a la gobernación?

Foto El Vocero

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Hay tres factores, a mi juicio, para determinar quién ganó el debate de la gobernación, aunque no es importante el asunto de quién ganó porque lo que se interesa transmitir es una percepción deliberada de la capacidad de cada candidato por actuar y responder ante la polémica.

Lo que primero tenemos que ver es la cantidad de contenido real vertido y segundo, el grado de reacción con fundamentos, lo que conocemos por delivery. Tercero, la calidad de la actuación, lo que llaman en el ámbito judicial, el demeanor.

Lo que van a hacer una vez lleguen a la gobernación, no dependerá de la manera que se condujeron, sino del enfrentamiento a los problemas ante la realidad del presente. Palabras que tengan que tragarse con toda la intensidad en que lo dijeron anoche, ocurre frecuentemente por incumbentes porque el verdadero foro no es el show de las promesas, sino el del desempeño fiel a las leyes y reglamentos que implica el trabajo al que quieren que se le contrate.

Cada espectador juzga, principalmente, bajo el ojo de sus juicios y prejuicios. Y con la intensidad en que los puertorriqueños tomamos la política, es difícil descartar qué parte de nuestras conclusiones se deba al partido, candidatos o ideal con el que simpatizamos.

Con la visión imparcial a mi mayor potencia, buscando la sustancia y no el frosting del bizcocho, vi a cuatro candidatos expresarse muy bien sobre las preguntas de los periodistas. Es cierto que el político le busca la vuelta a la contestación firme a la que siempre aspiran los periodistas para que su pregunta sorpresa tenga una respuesta deseada, pero los políticos sabían que las respuestas tenían que estar dentro de un marco limitado de tiempo y debían parecer balanceadas.

El único que se quedó sin aire al final de sus respuestas fue Javier Jiménez, a mi juicio, el más respetuoso de todos los candidatos. Tal vez pensó que aunque le tocaran el timbre sus palabras se escucharían, pero los productores apagaban el micrófono sutilmente para que se respetara el tiempo igual concedido a cada candidato.

La presentación de Juan Dalmau no me impresionó como en otras ocasiones, porque no pudo explicar, porqué su cambio de issues con importancia por su defensa del socialismo y de la independencia de Puerto Rico, como había sido anteriormente en otras épocas. Lo demás que planteó, especialmente lo de la energía eléctrica, va más allá de promesas en un estado de derecho como el que tenemos. No hay un absoluto para decir que con él se va LUMA sin que se enfrente a un problema legal con la compañía, a la influencia de influencias desde Estados Unidos y a lo que disponga la administración federal que venga y el Congreso de Estados Unidos. En ese tema, ni Nydia Velázquez, con todo lo que pueda expresar para las gradas, tiene un poder significativo.

Sobre la postura de Victoria Ciudadana de tener un candidato de aguas para la gobernación, a mi entender, puede hacer desaparecer a uno o ambos de los dos partidos que apoyan a Juan Dalmau. Las fuerzas partidistas, que por sí nunca representan el todo, no se deben compartir ni dividirse. La experiencia en Puerto Rico es que eso fortalece a un partido de mayoría eventualmente, como le ocurrió al Partido Popular ante la coalición de 1936 a 1940, creando el monstruo de poder que prevaleció hasta 1968, imbatible. En cuanto al PIP, no ser♂a la primera vez que no quede inscrito, pues ellos saben como organizarse de nuevo, para un partido descabezado, sin candidato a gobernador ni otro líder que no sea Dalmau, aunque pierda la gobernación, ya ha perdido su liderato en el nivel más alto, por esa estrategia maravillosa de los independentistas.

Jesús Manuel Ortíz estuvo excelente en su desempeño. Nos sorprendió su forma de reaccionar a las preguntas, sus expresiones contundentes,pero algo le falta de verdad a sus expresiones, especialmente en el asunto del status, pregunta para la que antes no tenía respuesta pero que ahora define el futuro del ELA dentro de la indeseada colonización al estilo de Rafael Hernández Colón y su nieto candidato a Comisionado Electoral.

Jennifer González no aportó nada nuevo a sus palabras, repitió lo que ya sabíamos.

Creo que el debate fue entre tres candidatos. Esa no fue la mejor noche de Javier Jiménez, candidato de Proyecto Dignidad. Critica lo que antes callaba mientras estaba en uno de esos dos partidos como si se le pudiera excusar su silencio de veinte años. Jesús Manuel ha aprendido en el camino pero aun tiene temas en que no puede desarrollar una visión de futuro contundente. Jennifer González parece tener todas las respuestas aunque hay vaivenes que le marcan cierta inconsistencia y oportunismo político, que es un factor negativo con el que tiene que trabajar.

Para mi propia percepción, solo hay tres opciones reales en el partidismo puertorriqueño frente a las próximas elecciones. Creo que son las mismas que habían antes del debate, pero que ahora han sido confirmadas. A los tres partidos restantes les toca echar el resto en lo que queda de campaña.

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