¿Qué es mejor para la democracia, votar íntegro, mixto o por candidatura?

Foto por Robert Rivera

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Desde jóven, voté íntegro cuando ocupaba algun cargo o responsabilidad con el Partido Nuevo Progresista, pero llevo décadas votando mixto y por candidaturas independientes. Mi padre también lo hacía después de haber participado en el Partido Independentista Puertorriqueño y luego en el Partido del Pueblo porque creemos que se debe ser fiel al partido al que uno pertenece mientras participa dentro del él.

Llegado el tiempo electoral, la pregunta de por quién debemos de votar siempre necesita una respuesta. No voto en primarias, pero pienso muy bien dónde voy a depositar mi confianza. Votar significa nuestra deliberación de participar en la democracia sin dejar que otros decidan por nosotros, ante la posibilidad de abstenernos. Si menoscabamos la fuerza del voto no contribuimos a nuestro interés de que siempre haya un cambio para mejorar y ese es el primer punto que debemos considerar, si hay la posibilidad de cambio. No creo en la abstención. Creo en expresar la decisión personal.

Los cargos electivos no se hacen para que sean permanentes. De hecho, hay muchas circunstancias, además de caducar cada cuatro años en que un incumbente deba terminar antes de que se termine el mandato. La muerte, como le ocurrió a Angel Sandín Martínez o la convicción de Edgar Santana Rivera son dos circunstancias, la renuncia por presiones sociales y temor a ser residenciado como a Ricardo Rosselló, es otra circunstancias. En algunos casos hay que dejar ir a los incumbentes, como ha pasado con Luis Meléndez Cano que aun ya retirado, dudó de los resultados si se postulaba por novena vez y decidió no hacerlo. Incumbentes estatales como Pedro Rosselló, Sila Calderón y Alejandro García Padilla tampoco optaron por luchar su reelección.

Los que deciden postularse para cuatro años más de poder generalmente están confiados de que son la mejor alternativa. En nosotros está el evaluarlos para decidir si personalmente lo consideramos un buen administrador o votar por alguien que le sustituya en el cargo. Otros nunca se han postulado para el mismo cargo o han sido rechazados anteriormente, como Juan Dalmau en su tercera comparecencia como candidato a gobernador.

Esta vez su apuesta la apoyan dos partidos políticos con representación en las ramas legislativas estatales y municipales. Eso significa que el PIP va en la búsqueda de retornar a tercer partido político si logra representación suficiente o quizás, como sus matemáticas le sugieren, llegar a ser segundo o primer partido político si Dalmau tiene éxito.

Convenientemente, como el lema exitoso de Muñoz Marín en 1938, el PIP adopta el principio de que el principio de que «el estatus no está en issue» y niegan el socialismo como propósito económico del futuro Puerto Rico. Es raro que hayan adoptado esa premisa cuando fue precisamente el punto que que dividió a los populares independentistas para crear otro partido en la década de 1940. Los populares que creyeron que su líder los había traicionado al no poner al frente la oferta de la independencia de Puerto Rico, emigraron al Partido Independentista Puertorriqueño, que eventualmente se convirtió en el segundo partido de Puerto Rico.

Una opción que se presenta es considerar un cambio posible la candidatura de Jennifer González en lugar de la de Pedro Pierluisi dentro de la propuesta del Partido Nuevo Progresista. ¿Es más de lo mismo? Lo segundo que debemos considerar es si ella o Jesús Manuel Ortíz estan preparados para ser gobernador o gobernadora, si la preparación y experiencia de alcalde de Javier Jiménez es suficiente para concederle un «upgrade» a una responsabilidad mayor o si el nuevo Juan Dalmau es confiable, habiendo tenido posturas distintas anteriormente con su creencia en la independencia, que ahora no lo hace prioridad y si el experimento del bipartidismo que tanto criticó no es bueno para Puerto Rico pero es bueno para él.

Considero que la candidatura a gobernador del Movimiento Victoria Ciudadana de Félix Córdova Iturregui es un fraude moral. Nunca debió postularse porque expresamente no quiere ser gobernador, no está haciendo campaña por ella, no etá hace comparecencias públicas y es soslayado por la candidatura write-in o voto por candidatura en ese partido del candidato del PIP, Juan Dalmau. Eso es absurdo de acuerdo a nuestra costumbre electoral, aunque tiene legalidad relativa. Pero no es un mensaje creíble, excepto para los inconformes de siempre que prefieren luchar en el camino contrario de resolver las cosas. La consecuencia puede ser la de desaparecer como partido, el cual no tiene razón de ser desde que su líder indiscutible, Alexandra Lúgaro lo abandonó por otros intereses y el sucesor Manuel Natal parece no haber tenido el arraigo suficiente en el pueblo, repostulándose para un cargo de segunda categoría en la única opción que parece haber visto con alguna posibilidad.

En el aprecio por el tema del estatus político para Puerto Rico, solo queda la alternativa de la estadidad, la cual tiene en su programa el Partido Nuevo Progresista. El Partido Popular, la Alianza de los independentistas y victoriosos ni Proyecto Dignidad postulan una alternativa final expresa para Puerto Rico.

En el nivel local, el punto focal es el interés del alcalde por optar por la reelección cuando había estado sugiriendo que no se postularía, estrategia que se usa frecuentemente para tomar la temperatura de sus fieles. Creo que la participación de la precandidata Madeline Pichardo Riestra, quien tiene mejor carisma sin poder que el que tiene Marcos Cruz con él, causó preocupación al incumbente y aun puede haber fragmentado el apoyo mayoritario electoral que ha tenido en los últimos trece años. El único factor a su favor es que los candidatos de otros partidos no están haciendo ruido y pareciera que no hay oposición visible de otros partidos. Es claro que los recursos del incumbente son mayores, pero ya quedan pocos días para hacer visible la oferta contraria.

Hay varias campañas oficiales para voto por designación directa (Write In) como la de Eliezer Molina en Puerto Rico y la no oficial de Madeline Pichardo Riestra en Vega Baja. Como candidatura independiente, está la de José Vargas Vidot para el Senado.

No se si lo que llaman «mogolla» por el voto «salvaje’ sea bueno para Puerto Rico o Vega Baja, Tal vez las circunstancias son distintas a nivel estatal y municipal y se deban tomas decisiones distintas pues los panoramas son diferentes. Mi percepción es que si hay más votos íntegros, los partidos consolidarán sus respectivos poderes y tendremos más paz y eficiencia.

Personalmente creo que los partidos son lo que dice su nombre, una visión parcial para la solución de los problemas de un pueblo. Aunque consolidan ideas, no todos sus miembros creen los principios de acción de cada uno ni aprueban toda su conducta y decisiones. Cada decisión es individual y solo nuestra percepción individual, nuestras creencias personales y el estudio de las ofertas y los candidatos, nos puede dar la mejor opción de escojer.

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