
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La foto que utiliza Marcos Cruz Molina en su campaña política de este año refleja el peso de los años en su persona y ha sido retocada de una forma incorrecta, lo que da la impresión de superficialidad.

Quizás sea producto de la manipulación de la impresión en los carteles, pero la cara tiende a un tono rojizo, no natural, de una piel originalmente acaramelada. Los ojos exhiben un punto fijo de atención y posiblemente no muestran su color usual. En esto dicen que sus ojos cambian de color y es posible, pero lo debieron tomar en cuenta con el juego de luces.
He consultado a personas de distintos partidos y de su propio partido y coinciden en que antes reflejaba un aspecto ingenuo, pero que el de esta campaña, es la imágen del hombre experimentado, malicioso y calculador. Eso no necesariamente lo haga un mal individuo, ya que son opiniones dentro del tema de la imágen política.


La superficie de su cuerpo, envuelto en un borde gris fantasmal para separación y resalte del cuerpo del blanco del fondo, no ayuda a que sea un retrato genuino, distinguible de su persona, como los anteriores que usó en las campañas de 2012, 2016 y 2020 y aun en sus campañas para la presidencia en 2010 y la primarista recientemente. Aquellos eran más suaves a la impresión inicial, el último puede considerarse inferior a los anteriores en cuanto a percepción.


