
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La elección de los nuevos gobiernos federal, estatal y municipal supone cambios en la manera en que las ramas de cada uno de estos gobiernos va a gobernar. En primer lugar, pongamos las cosas en perspectiva.
Las masas han escogido en Estados Unidos a una persona con problemas legales y de carácter. Donald Trump tiene el complejo napoleónico de la prepotencia y un ego más grande que el Monte Himalaya. Como consecuencia de ello, esperemos el protagonismo diario con decisiones absurdas, contrario a derecho y lastimosas para muchos sectores del país y del mundo. Pero no todo lo que hace es malo y él sabe que ya recibió una advertencia real de muerte que puede repetirse si su boca sigue presumiendo y metiendo miedo y si sus ejecutorias afectan sectores de Estados Unidos o el mundo. El también sabe que anteriormente ha habido conspiraciones de otros países y que la justicia a veces viene por control remoto.
La parte buena para todos es que sólo será con él un cuatrenio nada mas, porque la ley prohíbe dos términos aunque no sean consecutivos. Ahora, si consigue mayoría en las dos cámaras legislativas de Estados Unidos, pudiera hacer una enmienda a la ley, ya que no se trata esta disposición de una enmienda a la Constitución y la ley puede ser revocada. Y si él anunció que se dará un indulto a sí mismo y a los que participaron en la trifulca del 6 de enero de 2001, esperemos que haga lo que le dé la gana con los que le siguen. Es el único presidente que ha intentando dar un golpe de estado a otra rama del gobierno, por lo que esperemos que pasen cpsas que no entendamos.
En Puerto Rico, la lógica me dice que la mayor parte de los ciudadanos no creen, como se ha alegado, de que el Partido Nuevo Progresista es el partido de la corrupción. Tal parece que como la corrupción está en las personas y no en las instituciones, el sentimiento colectivo ha querido dar una oportunidad al Partido Nuevo Progresista, a través de sus candidatos, para que gobiernen a Puerto Rico. Significa también que se rechaza el gobierno compartido para escoger un gobierno justo con sus líderes. Escogieron a la candidata de mayor experiencia política diversa para gobernar, el más preparado y de mejor delivery de los candidatos a Comisionado Residente, una legislatura con unas mayorías claramente definidas, sin la participación de personas que hacen mucho ruido político, pero que no producen nueces.
También, a los alcaldes que mejor han administrado en Puerto Rico, los ratificaron en sus cargos, no por su ideología particular en la política, sino por su trabajo al pueblo.
Siempre habrá fanáticos que por distintas razones se ponen vendas para criticar constantemente a la oposición o los ideales. Para los contrarios políticos, veremos repetir eso de que nada funciona bien, como hicieron para demonizar el sistema electoral y a generalizar frases de incomodo para los incumbentes o sus maneras de actuar y pensar. Así es como funciona la política en todas partes del mundo. Siempre se pueden explicar las razones por las que un fanático es más fuerte que otros y porqué realiza actos destructivos u ofensivos.
Todos tenemos que vivir con lo que el pueblo ha escogido. Recordemos que dentro de cuatro años podremos cambiar las personas o lo que representan y que mientras tanto, la desviación puede ser castigada.
A los que se salgan del carril, de alguna manera se les hace justicia. El norte siempre tiene que estar en que toda actuación sea productiva y positiva, en cualquiera de los tres gobiernos, con sus respectiva ramas de ejecución, legislación y de las decisiones judiciales.
