
Representando un pueblo que no importa lo que pase nunca pierde sus colores. No importa cuantas lágrimas y cuántas luchas este pueblo nunca pierde su esencia.
Fue un placer volver a la escuela donde se formaron las bases de quien soy a celebrar a Puerto Rico de esta manera. Entre canciones de orgullo boricua, acepto que hubo lágrimas envueltas en cada pincelada. Que orgullo ser Puertorriqueña, que tristeza ver que se nos intentan robar nuestra patria, que miedo el futuro incierto de nuestra bandera.
Publicado por Robert Rivera/Facebook.
