El limpiabotas de Don Pedro (cuento) de Isabel Zorrilla

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Aun no he terminado de leer el libro de cuentos que lleva este título, pero luego de leer el cuento que da el título al libro, no puedo menos que sustraerme y reaccionar al simbolismo y bien elaborada trama que la autora imprimió a este corto trabajo.

Aunque no menciona los apellidos de Albizu Campos, todos sabemos que el personaje amable y sufrido que menciona se trata de Don Pedro, porque a ninguna persona del mismo nombre se le conoce públicamente y por tanto tiempo por la palabra Don que antepone a su nombre. Ni siquiera Pedro Rosselló que fue gobernador. Además, coincide con el período histórico en que trata el relato y con los hechos que acompaña.

El personaje ficticio principal es a mi juicio, Jesús John-son Rodríguez, que es el limpiabotas de Don Pedro, hijo de una fugaz relación de su madre con un padre desconocido en el San Juan de los años de los barcos estadounidenses que anclaban. Un marino que vino a encontrar unas horas de placer y vicios en los muelles, dejó su irresponsabilidad genética en esa mujer trabajadora.

Don Pedro y Jesús desarrollan una relación simbiótica. Don Pedro, un hombre amable, educado y educador, le enseña el mundo de los libros y el conocimiento, mientras el limpiabotas le lustra los zapatos por una cantidad de dinero y una buena propina. Cuando el limpiabotas se da cuenta de que Don Pedro es también un pobre como él, le escurre en sus bolsillos lo que le paga, en justa reciprocidad por los valores que le transmite.

Llega el día en que Don Pedro tiene que hacer lo que creía y el niño, motivado por la amistad prodigada y la lealtad recíproca, acompaña al Maestro en el lugar de la confragración. Don Pedro no quiere su presencia allí, pero él se las arregla para estar un tiempo a su lado.

Al final, Don Pedro es tratado como Jesús, el otro Maestro, arrestado y maltratado y Jesús, el limpiabotas, hace del otro Pedro, el discípulo.

Deben leer el cuento para encontrar estos simbolismos y referencias a la historia y al cristianismo. No les digo como termina porque no me han autorizado (ni pedí autorización) para decirles el final.

Lo importante aquí es la historia de Don Pedro Albizu Campos. Hay quien dice que echó su vida, su profesión de químico, abogado y educador por seguir un rumbo político «equivocado». Cualquiera que lea la vida de él se dará cuenta de que la historia la escribe el triunfador y él que pudo haberlo sido, luchó contra fuerzas imperiales agotadoras y castrantes.

En ese periodo histórico, el triunfador fue Luis Muñoz Marín, que irónicamente en su juventud fue amigo y correligionario de Don Pedro y que en etapas posteriores tuvo su residencia de La Fortaleza en los altos de la prisión La Princesa del Viejo San Juan. Allí se dice que atacaban el cuerpo de Don Pedro con los rayos X de una máquina que ubicaron convenientemente cerca de él, para que le afectara la radioactividad.

Si bien lo indultó la primera vez, no lo quiso hacer la segunda ocasión en que ya la salud había derrotado a Don Pedro dejándolo como una asignación opcional al próximo gobernador de turno, Roberto Sánchez Vilella.

Jesús, el limpiabotas del cuento de Isabelita, pasó por una situación similar a la de Pedro Albizu Campos quien debido a que su padre, un funcionario español que vino de Venezuela no lo reconoció hasta bastantes años después de su nacimiento, por lo que se conocía sólo por Pedro Campos.

Se ha dicho que Albizu era loco, inadaptado, fascista y muchas otras palabras para describir su conducta. En un tiempo en que a los que no seguían las reglas de los poderosos los perseguían, los encarcelaban y hasta los mataban, no había otra alternativa que la protesta civil, porque ni la presencia electoral era efectiva.

En el cuento, el amor a la patria que dice Jesús John-son Rodríguez que le impartió, lo he visto en otras personas con otras ideologías que también han amado a su patria y que han querido lo mejor para Puerto Rico, mas con otras visiones sobre su futuro.

¿Qué nos hace diferentes?

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