El bautismo virtual y espiritual con el agua del manantial Ojo de Agua

Por Thomas Jimmy Rosario Martinez

El pasado sábado en la noche, dentro de mi alegría y celebración por lo que estaba aconteciendo en el Ojo de Agua dentro del Jazz Festival, hice un acto simbólico en tributo a Dios. Verti un poco del agua del manantial sobre mi cabeza, obviamente afectada por los efectos de la quimioterapia que el ser humano ha creado para combatir el cáncer que me ha afectado.

¿Por qué lo hice? Porque creo en la sanación divina. El agua generalmente la llaman «bendita» porque es prístina y mediante la invocación religiosa se le añade el rito correspondiente para que haya la conformidad y el convencimiento individual y colectivo de que trabaja efectivamente. Mi esposa, por ejemplo, me unge antes de retirarse a descansar con agua bendita que consiguió mi hermana. También he recibido agua bendita del Vaticano de mis sobrinos Alex y Carola.

Yo no soy católico, pero soy persona de fe. Por eso adopto las buenas intenciones y la fe de otros y no pongo cortapisas por lo que piensen y crean, pues si hay alguien que conoce lo que es la equivocacion, soy yo.

Buscando las verdades, me he tomado hasta el agua de la «Fuente de la Juventud» que hay en la ciudad de San Agustín en Florida, que tanto buscó Juan Ponce de León. Hombre de baja estatura, al ver la complejidad estructural fuerte y longeva de los indios americanos, quiso encontrar en su agua extender su vida y su salud. Y creyó que el agua se la daría. Hay un aviso en el lugar que te dice que es agua de la pluma. Tap water.

El agua es científicamente tan indispensable para el ser humano, que como requisito para fundar a Vega Baja debía tener un río al oeste que le proveyera este recurso. Tal vez por ese requisito legal, Vega Alta se nos adelantó, pues Cibuco nos queda al este.

Hace muchos años, un geólogo nos explicó que el agua del Ojo es agua de lluvia que corre desde la montaña por gravedad. Nos llevó al barrio Quebrada Arenas a observar cómo el agua entraba por unos huecos de roca solida, como chino de río en lajas, pero gigantes. De allí, no recibe rayos del sol hasta que baja al Ojo, por lo que cuando se recibe, sale fría.

En su proceso natural, el agua va limpiando los sólidos que la acompañan por fricción y filtración, cayendo en depósitos intermedios que la van haciendo cristalina. Y como sabemos por la certificación que hace poco nos mostró Manuel Class, es agua estudiada químicamente y determinada segura para el consumo humano.

En el Ojo, la fuerza contínua de la escorrentía evita su estancamiento y suma a su seguridad.

Lo natural es Dios. A nosotros los humanos, se nos permite administrar muchas de estas maravillas. Por lo que les he explicado, creo que el agua del Ojo de Agua es naturalmente bendita por Dios que no necesita explicaciones, dogmas ni ritos ulteriores. Pero como lo que abunda no daña, es bienvenida toda creencia o fe.

Eso lo han aceptado algunas iglesias que desde tiempos inmemoriales han realizado sus bautismos por inmersión en el lugar. Eso lo sabe gente de todo Puerto Rico que vino a buscar agua segura cuando no la había durante la crisis del huracán María. Eso lo sabemos los que toda la vida hemos visto limpiarse la vega camino al mar con su curso natural por el caño.

Por eso, sin temor a empeorar mi cuerpo disminuido por una resistencia pobre, vertí, con los ojos cerrados de confianza y sobre mi cabeza el agua del Ojo, con la fuerza generadora que tiene un producto que proviene de los primeros tiempos de la creación del mundo.

Foto por Reinaldo Santana

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